Un grupo de seis estudiantes de la FCFM de la Universidad de Chile representarán a nuestro país en la vigésima versión de la RoboCup, el campeonato internacional anual de futbol robótico, que este año tendrá lugar en la ciudad alemana de Leipzig.
El equipo UChile (formado por los alumnos Pablo Cano, Pablo Saavedra, Kenzo Lobos, Gabriel Azócar, Nicolás Cruz y el capitán del equipo, José Miguel Yáñez) del Departamento de Ingeniería Eléctrica (DIE) y del Centro Avanzado de Tecnologías para la Minería (AMTC), viajará junto a sus siete robots modelo NAO, fabricados por la francesa Aldebaran Robotics, para competir en la categoría “plataforma estándar”, en donde todos los equipos participan con exactamente los mismos robots, pues el fuerte de esta categoría está en el software y la programación utilizada para que los autómatas jueguen. Esto, a diferencia de otras categorías de la RoboCup en donde los competidores deben construir sus propios robots y la competencia se da tanto en la calidad de la programación como en el diseño de los cuerpos mecánicos.
Para este año los NAO deben responder a una nueva exigencia de la organización de la copa: una nueva pelota. En años anteriores los robots debían jugar con una pelota de hockey de color naranja; este año deberán hacerlo con una más grande y diseñada como un balón de fútbol tradicional, es decir, con pentágonos negros y hexágonos blancos, lo que supone un desafío adicional a los autómatas que deberán ahora reconocer una pelota de dos colores con patrones en lugar de una esfera uniforme.
Pero los seis jugadores mecánicos de UChile viajarán más preparados que en 2015. Las mejoras en su software de juego incluyen afinamientos en las decisiones de trabajo en equipo, mejoras en actuación, un sistema automático de calibración de colores para la visión de los robots (antes se debía trabajar en las cámaras de cada autómata individualmente), un sistema más complejo de localización (la conciencia que cada robot tiene de su ubicación en la cancha y su postura corporal) que lo hará más resistente a “perderse” si, por ejemplo, una persona le cambia su posición tras una caída, y un algoritmo más robusto para la generación de un mapa local de obstáculos, lo que le permitirá a cada robot `driblear´, es decir, esquivar oponentes.
Junto con la competencia netamente futbolística, RoboCup también organiza un simposio académico en donde se presentan papers, estudios y avances en diversas áreas de la robótica. El año pasado uno de los trabajos presentados por la Universidad de Chile, titulado “Interactive learning of continuous actions from corrective advices communicated by humans” y escrito por el estudiante de doctorado Carlos Celemín y por el director del AMTC, Javier Ruiz del Solar, obtuvo el premio a “Mejor Paper de Ciencias”. Este año se presentan dos trabajos por parte de la FCFM: "Robust Tracking of Multiple Soccer Robots using Random Finite Sets", por Pablo Cano y Javier Ruiz del Solar, y "Decentralized Reinforcement Learning Applied to Mobile Robots", por David L. Leottau, Aashish Vatsyayan, Javier Ruiz del Solar y Robert Babuska.
UChile ha participado ininterrumpidamente desde 2003 en la RoboCup, siempre en la categoría de plataforma estándar, y en los últimos años ha tenido avances destacados, como el cuarto lugar en las rondas finales de João Pessoa (Brasil) 2014 y de Hefei (China) 2015.
RoboCup es una competencia internacional creada en 1997, que busca impulsar el desarrollo de la robótica usando el fútbol como herramienta de desarrollo. Es en este contexto en donde se realizan avances y pruebas en campos como reconocimiento de imágenes, localización, toma de decisiones basadas en información del entorno, trabajo colaborativo y mecánica motriz, entre otros. Para la versión 2016 se esperan cerca de 40.000 asistentes que verán jugar a cerca de 500 equipos de más de 40 países, que hacen un total de aproximadamente 3.500 competidores.