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Caballos heridos por los incendios de este verano concluyen exitosa rehabilitación en la Casa de Bello

Equinos heridos por incendios terminan exitosa rehabilitación en Favet

Una yegua sacada desde un incendio en Quilicura, y otros tres caballos –uno de ellos de tan solo dos semanas de vida– alcanzados por el fuego en las zonas de Santa Olga y Marchigüe, fueron rescatados y trasladados por el Colegio Médico Veterinario y otras organizaciones a FAVET en enero pasado. Llegaron con un alto riesgo de mortalidad y necesidades de atención, que hasta hoy mantienen ocupados a estudiantes y académicos día y noche.

Con quemaduras grado 3 y 2, y más del 40 por ciento de la superficie del cuerpo afectadas, la llegada de estos animales a la Hospital Clínico Veterinario de Equinos activó el protocolo de manejo de quemados, recientemente instaurado.

“Estos eran los caballos que estaban más graves y necesitaban tratamientos más intensivos. De hecho, hubo otros que con gravedad similar fueron a dar a otros lugares, donde se murieron todos. Acá quedó personal trabajando los siete días de la semana y esa atención constante nos permitió salvarlos”, explicó el profesor Mario Acuña director del Hospital Clínico Veterinario de Equinos y coordinador del Área de Medicina y Cirugía de Equinos de FAVET.

A los médicos veterinarios Christian De la Fuente y Nicole Restovic, quienes lideraron el equipo de rehabilitación, se sumaron cerca de 20 estudiantes de cuarto y quinto año de la carrera de Veterinaria, quienes sacrificando sus vacaciones, se turnaron en la atención de los caballos e incluso organizaron actividades para reunir recursos para continuar sus costosos tratamientos.

Quemaduras en la cara, en el cuerpo y extremidades, y un potrillo con lesiones severas en los cascos –pezuñas– fueron parte de los daños que presentaban los animales a su llegada. “Incluso hay un ejemplar que sufrió retracción del labio inferior, por lo cual va a tener que ser sometido a una cirugía reparadora del labio porque para los caballos es fundamental tener bien sus labios para tomar el alimento del suelo y después con los incisivos triturarlos”, cuenta el Dr. Acuña.

Tras meses atendiendo a estos damnificados, el director del Hospital Clínico de Equinos de FAVET es enfático al señalar que "la piel es un órgano poco valorado hasta que sufre daño. Hay problemas que surgen por esto, infecciones muy rebeldes de tratar, deshidratación, hay animales que con el prurito que les vienen se laceran, se rascan, se hacen más heridas". Y para prevenir o tratar la deshidratación o las infecciones que se producen en esta etapa, el Dr. Acuña detalla que "se debe hacer un tratamiento que implica humectar, hidratar, desinfectar, aplicar antibióticos locales, antibióticos inyectables, aplicar distintas pomadas que ayudan a la regeneración de la piel, y todo eso tiene que ser cada una, dos o tres horas”.

En este mismo sentido, el Dr. Christian De La Fuente agregó que "en estos caballos muchas veces lo que pasa es que tú les estás tratando las heridas, pero de un día para otro se caen, no se paran más y se mueren.  En ellos el hígado tiene que funcionar a un 200 por ciento, el riñón también, al final si no controlas todos los factores inflamatorios que se generan, vas a tener una falla multiorgánica producto de un Síndrome Inflamatorio Sistémico. Nosotros lo que hicimos acá fue empezar a prevenir mediante fármacos la aparición de este síndrome".

Tras un arduo proceso de rehabilitación, apoyado por el Colegio Médico Veterinario, uno de los potros que vino desde el sur ya se fue de alta, la yegua de Quilicura –utilizada por sus dueños para desfilar en la fiesta religiosa de Cuasimodo– tiene solo unas pequeñas lesiones que ya se pueden cuidar en la casa, por lo que comenzará el retorno a su origen en los próximos días. El potrillo que se quemó los cascos –posiblemente caminando sobre las brasas del incendio–, ya camina y a sus casi tres meses, falta poco para darle el alta. Al cuarto potro en recuperación, le queda algo más de tiempo. 

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