Invitado por la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados, el profesor del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile, Gilberto Aranda, realizó un completo análisis de las elecciones presidenciales en Brasil, así como también de los comicios de mitad de mandato en Estados Unidos, y de las repercusiones que sus resultados tendrán en la región y más concretamente en Chile.
En la oportunidad, el académico explicó a los diputados presentes que la administración de Jair Bolsonaro en Brasil tiene una prioridad interna, que es desarmar la arquitectura del “Lulismo”. En tanto, en el plano de política exterior, la relación con Estados Unidos centrará todos los focos de su atención.
Concretamente en relación con Chile, el profesor Aranda destacó como decidor el hecho que las primeras visitas al exterior planificadas por Bolsonaro sean nuestro país, Washington y Tel-Aviv. “Un eje que insinúa el fin de la concertación subregional y/o multilateralismo, que propugna el ‘Lulismo’”, afirmó.
Asimismo, estimó que el hecho de que el Presidente Electo haya decidido visitar primero Chile que Argentina, puede leerse como una pérdida de gravitación, transformación o eventual salida de Brasil del Mercosur.
Estados Unidos
A juicio del académico del IEI, el panorama de Estados Unidos post elecciones de mitad de mandato significa el retorno a un gobierno dividido.
“Antes el contrapeso estaba radicado en los colaboradores presidenciales y en ciertos jueces. Ahora el contrapeso institucional va a estar en una Cámara de Representantes que podrá oponerse y negociar las iniciativas legales del Ejecutivo, y fiscalizar al gobierno, comenzando por la declaración de impuestos del Presidente”, destacó.
Asimismo, en lo que respecta a las implicancias de estos resultados en la política exterior de Estados Unidos, el profesor Aranda cree que el Gobierno de Trump reforzaría las órdenes ejecutivas si no consigue consensos partidarios.
“En la Administración Trump se puede ver una ausencia de una doctrina coherente de política exterior, que se ve reforzada por la personalidad impredecible del Presidente. Tiene un estilo ‘jacksoniano’, enérgico y con acciones unilaterales, en las cuales nunca se descarta el uso de la fuerza”, concluyó
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