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Mes de la Mujer en la FCFM

Se lo debemos a nuestras hijas y nietas

Columna de opinión: Se lo debemos a nuestras hijas y nietas

Vivimos un momento de cambio del cual las mujeres hemos sido impulsoras y protagonistas. Que hayamos llegado a este momento es el resultado del arduo trabajo y sacrificio de muchas mujeres que vinieron antes que nosotras. De las luchas de nuestras abuelas por conquistar el derecho a voto y de nuestras madres por recuperar la democracia. A ellas las evocamos con respeto y agradecimiento. Ellas también navegaron en aguas turbulentas, con la esperanza puesta en el futuro de sus hijas y nietas, nosotras.

Este impulso ha sido reforzado por las miles de mujeres que hemos alzado nuestras voces para poner en evidencia las desigualdades que vivimos en el trabajo, en la falta de autonomía sobre nuestros cuerpos, en el acceso a cargos de decisión y representación, en la violencia machista en nuestro día a día y en tantos otros aspectos, escenarios y circunstancias. Las mujeres hemos potenciado también instancias de concientización, develando realidades antes ocultas, siendo semillas de cambio para gestar una transformación cultural que permita, de una vez por todas, erradicar todas las formas de discriminación y violencia contra la mujer. Cada una de nosotras, con sus talentos y herramientas, con nuestras diferencias y puntos de encuentro, y desde sus propios espacios ha contribuido a forjar este impulso de cambio.

En el último tiempo en nuestro país se han ido incorporando medidas que aseguran la participación y acceso de mujeres en distintos ámbitos. Sin embargo, aún estamos lejos de poder considerar que existe igualdad en nuestra sociedad. Hemos logrado avances, pero tenemos grandes desafíos por delante. Muchos de ellos urgentes.

Por un lado, nuestros avances en el campo legislativo y de políticas públicas han permitido obtener la aprobación de la paridad de género en el proceso constituyente, así se ha iniciado un proceso que permitiría asegurar la participación de mujeres en la confección de la Carta Fundamental de nuestro país. Pero aún se requiere avanzar en otros espacios e instancias de toma de decisiones y representación política. Por otro lado, la violencia contra las mujeres sigue estando presente en nuestro día a día. Recientemente se aprobó la Ley Gabriela, que amplía el concepto de femicidio y violencia a las relaciones de pareja sin vínculo de convivencia, sin embargo, las mujeres aún vivimos situaciones de discriminación y violencia en los espacios en que habitamos.

Si bien nuestra sociedad ha sido históricamente dominada por hombres, la fuerza y creciente presencia de liderazgos femeninos han demostrado lo fundamental que es la contribución de las mujeres a la generación de procesos, proyectos y soluciones a problemas fundamentales de la sociedad y a la construcción de una visión de desarrollo armónico y sustentable de ésta. En este punto no podemos derrochar estos grandes aportes de las mujeres. Uno de los objetivos de Desarrollo Sustentable de la ONU es "Lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas". Esto porque nuestra sociedad no podrá avanzar y sostenerse si no es con las mujeres en condiciones de igualdad. Debemos desafiar nuestros sesgos y las prácticas culturales que los perpetúan, que nos impiden ver y valorar las fortalezas de las mujeres, y contribuir activamente a acortar las brechas, inequidades y barreras de género que impiden a las mujeres de nuestro país el ejercicio de sus derechos y pleno desarrollo de sus vidas.

La campaña de ONU Mujeres “Generación Igualdad: Por los derechos de las mujeres y un futuro igualitario” exige igualdad en la remuneración, igualdad a la hora de compartir el trabajo doméstico y de cuidado no remunerado, poner fin al acoso sexual y a todas las formas de violencia contra las mujeres y las niñas, servicios de salud que respondan a sus necesidades, y su participación en pie de igualdad en la vida política y en la toma de decisiones en todas las esferas de la vida. El impacto de estas propuestas va mas allá de la defensa de los derechos de las mujeres, tiene que ver con repensar nuestro pacto social y modelo de desarrollo, y con la transformación que requerimos para ser una sociedad sustentable.

En la complejidad de este proceso de transformación son fundamentales los cambios culturales, y para lograrlos se necesita del compromiso y acciones concretas en las que todas y todos somos importantes. Desde acciones cotidianas como compartir el cuidado, rechazar el acoso, exigir y apoyar la igualdad en el trabajo, hasta las más estructurales como la legislación e implementación de políticas orientadas a la equidad.

Es momento de mostrar nuestro compromiso real con una transformación cultural donde hombres y mujeres podamos avanzar juntos en la construcción de una sociedad más justa e igualitaria. Y nuestra generación es la llamada a impulsar estos cambios, a trabajar juntos, mirando a nuestras madres y abuelas con admiración y orgullo, y a nuestras hijas y nietas con responsabilidad y decisión.

Ziomara Gerdtzen Hakim

Directora de la Dirección de Diversidad y Género de la FCFM 

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