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Editorial Decana Irene Morales Bozo:

Un agradecimiento profundamente humano

Un agradecimiento profundamente humano

Sin ninguna duda, el que terminamos será recordado como un año intenso, arduo y repleto de desafíos. Los más espirituales dirán que fue un año Maestro, y lo seguro es que nos impuso un reto para derrumbarnos y rearmarnos, no sin antes revisarnos y autoevaluarnos, para poder continuar en la ruta.

Tampoco caben dudas, de lo difícil que fue, pues enfrentarnos a una pandemia de estas características,  en la era de la globalización y con la inmediatez de las comunicaciones, acechó –y continúa acechando- a la humanidad en su conjunto, con doloroso énfasis en las poblaciones más precarizadas, y por ende, más vulnerables.

En los balances del Año Académico que termina, no pueden estar ausentes los hitos que significó el enfrentamiento de la crisis sanitaria y que nos impuso, sin aviso previo, ejercer la docencia remota de emergencia, recibir los impactos del distanciamiento físico y el desgaste de la salud física y mental, junto con las afectaciones de orden económicas que nos acompañarán por un tiempo al menos.

Y si hay algo que me enorgullece profundamente como Decana, responsable de nuestra Facultad de Odontología, es el gran despliegue humano que tuvimos y seguimos teniendo, cada día, en cada nuevo desafío. El enorme valor de la comunidad odontológica brilló como nunca, toda vez que cada integrante de nuestra triestamentalidad colocó lo mejor de sí para afrontar y resistir juntos los embates de los tiempos pandémicos.

Gracias a todos y todas por la fuerza, el empuje, los esfuerzos y el compromiso con el que amanecieron cada día. Sé que tuvimos que reinventarnos, una y otra vez. Gracias por su perseverancia y el espíritu de superación. Sé que discutimos y discrepamos, gracias por elegir el diálogo y los acuerdos. Hubo días más sombreados, con pérdidas irreparables para muchos de nuestra comunidad, gracias por buscar el consuelo.

Como seres humanos, organizamos la vida de acuerdo a hitos, por lo que este cierre del Año Académico 2020, antecede al necesario y ansiado receso universitario. Todos y todas nos merecemos esta pausa, reparadora y vital, para alejarnos de nuestros deberes laborales anuales y abandonarnos al reposo.

En esta última semana de enero, comparto la satisfacción por concluir el Proyecto de modernización del Sitio Web institucional, una renovación que nos permitirá un salto cualitativo en materia tecnológica que se traducirá en mayor y mejor cercanía con nuestros usuarios, a través de las mejoras de visibilización en todos los dispositivos para la comunicación masiva. Los invito a mantener el trabajo colaborativo, a visitar nuestra nueva casa digital y a sumarse para hacer de esta vitrina, nuestra principal carta de presentación ante el mundo.

Asimismo, destaco la articulación que nuestro Facultad se encuentra sosteniendo con el Hospital Clínico de la Universidad de Chile, al renovar nuestro rol ante la sociedad mediante el Programa de Atención y Rehabilitación Protésica Ocular y Dento-Maxilo-Facial, para personas afectadas por Violencia de Agentes del Estado en contexto de movilizaciones sociales, iniciadas con el estallido social de octubre de 2019, que se reactivará en marzo próximo.

Atentos a la contingencia y sin espacio para el cansancio, hemos iniciado la gestión, a través de Rectoría y con las autoridades pertinentes, para lograr el acceso a inmunización de nuestra comunidad odontológica que se encuentre desarrollando tareas definidas como críticas. Implementaremos una estrategia específica para activar la vacunación correspondiente a docentes, estudiantes y personal de colaboración que ya hemos enrolado, apenas tengamos la aprobación de la  autoridad sanitaria.

Finalmente, hago el énfasis en el autocuidado, el cuidado mutuo y colectivo durante el período de receso. Sabemos que tendremos unas vacaciones  distintas, y como tal, les invito a repensarlas, ajustar y acomodar sus tiempos libres conforme a las recomendaciones que hemos aprendido durante el 2020. Cohabitamos y tenemos una responsabilidad en el cuidado, pero también comprendemos el necesario esparcimiento estival, que repare cuerpo, alma y espíritu, en compañía de quienes más amamos, de ahí el llamado a no despreocuparnos de las barreras sanitarias que nos han mantenido a salvo y que lo seguirán logrando, con la precaución de tod@s.

Y como afirma el poeta Benedetti, “defender la alegría como una trinchera”.

Felices y descansadas vacaciones!

Irene Morales Bozo

Decana

Facultad de Odontología

Universidad de Chile

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