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FCFM despide con cariño al ex Decano Enrique D'Etigny Lyon

FCFM despide con cariño al ex Decano Enrique D'Etigny Lyon

Con gran admiración recuerda la academia al profesor Enrique D’Etigny Lyon (1926-2014), quien jugó un papel protagónico en la modernización de la Facultad y asumió con entereza y valentía la defensa de la academia y sus trabajadores en difíciles momentos de la historia política chilena.

Enrique D’Etigny estudió ingeniería en la Universidad de Chile entre los años 1944 y 1949, y obtuvo el premio Marcos Orrego Puelma como mejor alumno de su generación, al graduarse de ingeniero eléctrico. Al año siguiente fue nombrado profesor de la Facultad de Cs. Físicas y Matemáticas dando inicio a su carrera académica. Entre 1957-1963 fue Director de la Escuela de Ingeniería y entre 1963-1971 asume como Decano, constituyéndose en la máxima autoridad de la facultad más joven de su historia.

Como líder de la institución implementó un nuevo modelo académico que incorporó la ciencia como parte del desarrollo, llevando a la FCFM a iniciar una transición hacia una unidad a la altura de las necesidades de los nuevos tiempos. Hasta la fecha la facultad estaba constituida por una academia de destacados ingenieros orientados a la docencia y formación de ingenieros, que en su calidad de grandes representantes del mundo laboral, eran muy pocos los profesores de jornada completa. Don Enrique D’Etigny, como Decano, movilizó muchas voluntades para que se produjera el desarrollo de una nueva estructura organizacional donde se constituyeran departamentos con responsabilidades tanto docentes como del desarrollo de la ciencia y la investigación.

Un paradigma que distingue las universidades complejas de las docentes y que garantizan una formación de excelencia y rigurosidad en la docencia toda vez que los propios profesores se encuentren activos en la generación de conocimiento nuevo. Así lo relata años más tarde el mismo profesor D'Etigny en un discurso anual que ofreció como Director de Conicyt (1996) donde insta al Estado a implementar políticas públicas para asegurar que las instituciones de educación superior en el país cumplan con este estándar para asegurar la formación de capital humano avanzado de clase mundial y sean activas en el desarrollo de la investigación.

Otra acción tomada en su decanato, que se convirtió también en un hito en la historia de la FCFM fue la creación, en 1963, del Centro de Estudios Humanísticos, encargando al filósofo Roberto Torretti la fundación de un centro de investigación y docencia orientado a incentivar la formación humanística de los estudiantes de ingeniería, convocando además a grandes representantes de diversas disciplinas de esta área del conocimiento.

 

Un ciudadano comprometido con la vida

Frente a los acontecimientos vividos en dictadura, el profesor D’Etigny se convirtió en un defensor de los valores universitarios y de las personas que ahí trabajaban y estudiaban, siendo recordado como un miembro de la comunidad que prestó importante ayuda en tiempos de opresión. En la década de los ’80 –habiendo sido expulsado de la Universidad en el marco de la intervención militar que vivía la institución- se dedicó a colaborar con el Cardenal Silva Henríquez en la preservación de las actividades académicas en el campo de las humanidades, creando la Academia de Humanismo Cristiano, institución de relevancia en la defensa de los derechos humanos en tiempos de la dictadura.

Su continuo interés por la humanidad queda de manifiesto también en su participación, en la época en que era Presidente de la Comisión Científica Internacional de Chile, en un llamado internacional por defender la liberación de una ciudadana Birmana, que figuraba como presa política en la era de la primera década del año 2000, causa a la que adhirieron múltiples representantes de la academia y ciencias del mundo.

 

Una trayectoria de nombramientos y distinciones

Su experiencia fue reconocida con nombramientos de cargos de relevancia en la institucionalidad científica de Chile y distinciones internacionales. Tales fueron el caso de las funciones que cumplió como Consejero del Consejo Superior de Educación y de Presidente de la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica (Conicyt). También fue fundador del Centro de Graduados de la Escuela de Ingeniería y Ciencias de la U. de Chile, Presidente del Instituto de Ingenieros de Chile y en 1996 fue distinguido por el Gobierno de Francia como Oficial en la Orden de la Legión de Honor, mientras que en 1997 recibió la distinción de Doctor Honoris Causa de la Université Catholique de Louvain UCL.

Un líder a quien agradecer

El Decano de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la U. de Chile, prof. Patricio Aceituno, destacó la vida de don Enrique D’Etigny Lyon como un actor visionario y pionero en la historia de la FCFM, recordándolo como el artífice de un modelo moderno de facultad  y a la altura de los tiempos modernos.

“Hay líderes  de organismos que dejan más huellas que otros en las instituciones que dirigen y creo que don EnriqueD’Etigny es claramente uno de esos grandes líderes que tuvo esta facultad. Su paso por esta unidad y su conducción en los años ‘60 se convirtió en un cambio significativamente positivo y creo que todas las generaciones posteriores deben agradecer su contribución, que generó una dinámica distinta, un sello que finalmente se extendió a toda la universidad. Y fue aquí donde se inició ese proceso de consolidar a esta organización académica como una facultad moderna dentro de la universidad de Chile”.

 

Una persona audaz

Por su parte, el presidente del Centro de Investigación Avanzada de Educación (CIAE) de la U. de Chile, Rafael Correa, también compartió el cariño y admiración que le inspiró la vida del profesor D’Etigny. Su acercamiento se dio en la época de su carrera en Conicyt, cuando lo invitó a asumir el caro de Director Ejecutivo, período en que construyeron una fuera amistad, recuerda el profresor Correa,

“Esos 7 años de colaboración fueron para mí una escuela y una posibilidad única de contribuir al país en el campo de la gestión de la ciencia.  Se trataba de construir el sistema de desarrollo de la ciencia, de la tecnológico desde la ciencia, y de un sistema de formación de capital humano avanzado, especialmente para la academia”, comenta. 

En este sentido, el académico Rafael Correa destaca como uno de los aportes de mayor impacto visto con la luz del tiempo, el proceso que impulsó para la creación de Centros de Excelencia de Investigación en áreas prioritarias en el país. “Hoy hay más de 40 centros de excelencia en todas las áreas, Centros FONDAP, Centros Basales, Institutos Milenios, Centros Regionales, Centros Internacionales para la Innovación(…) A nadie le cabe duda que junto a FONDECYT, estos programas de creación de centros de excelencia han sido el gran motor del desarrollo científico en los últimos 15 años. ”, detalla el prof. Correa.

Respecto a sus contribuciones dentro de la FCFM, el profesor Rafael Correa valoró, al igual que el Decano, su mirada visionaria para proyectar a la facultad hacia una unidad de clase mundial.

“Don Enrique llevó a cabo una transformación fundamental para nuestra Facultad, que pasó a ser una escuela de ingeniería moderna, con una nueva docencia en ingeniería basada en un fuerte fundamento de las ciencias básicas y de la investigación.  En ese tiempo también introdujo las humanidades en la formación del ingeniero y el científico, creando en la Facultad el Departamento de Estudios Humanísticos,  que congregó por casi dos décadas al grupo de académicos más destacado que había en Chile en el campo de las humanidades”. 
  
“Fue audaz para llevar a cabo muchos proyectos, por ejemplo la creación de los Departamentos de Computación y de Matemáticas, bien integrados a la Ingeniería y con actividades de investigación en áreas relevantes.  Tuvo la idea visionaria de enviar al profesor Moisés Mellado a Francia para analizar la creación en la Facultad de la Carrera de Ingeniería Matemática.  Promovió muy fuertemente la formación de postgrado, enviando a las mejores universidades del mundo a los académicos jóvenes”, detalló.

En la ocasión, el profesor Correa también puso el acento en sus actividades en defensa del derecho humano.

“La década del ‘70 se caracterizó por su defensa valiente y eficaz de los valores universitarios  y de las personas que allí trabajaban, valores y personas seriamente amenazados por las primeras acciones  de la dictadura.  Son muchos los académicos profundamente agradecidos por la ayuda que les prestó en esos negros años de nuestra historia.
  
“Durante la década  del 80, ya expulsado de la Universidad, se dedicó con esa fuerza colosal que también tenía,  a colaborar con el Cardenal Silva Henríquez  en la preservación de las actividades académicas en el campo de las humanidades, lo que los llevó a crear la Academia de Humanismo  Cristiano, todos saben la importancia de esa Institución durante la dictadura”, compartió el profesor Correa.

Los funerales del profesor Enrique D’Etigny Lyon se realizaron el 1 de noviembre  pasado. 
  

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