La minería chilena presenta desafíos tecnológicos de gran envergadura, los cuales necesitan ser abordados para mantener e incrementar nuestra actual producción, frente a un escenario de leyes decrecientes, yacimientos cada vez grandes, escasez de agua y energía, estándares ambientales más altos y comunidades cada vez más empoderadas.
Estos desafíos, en algunos casos con particularidades únicas, no pueden ser abordados exclusivamente por las empresas mineras, sino que requieren de la colaboración y articulación con otros actores, como son las universidades, centros de investigación y empresas proveedoras. Ello es consistente con la cualidad de virtuosa que aspiramos a otorgar a la minería, lo cual apunta a que el trabajo conjunto entre las empresas mineras, sus proveedores y la academia puede transformarse en un círculo virtuoso, que permita el desarrollo de empresas proveedoras de clase mundial, empresas mineras más eficientes, productivas, amigables con su entorno y sus trabajadores, y centros de investigación que desarrollen conocimiento y tecnología de frontera. La meta que se ha impuesto el país es contar, al año 2035, con 250 empresas proveedoras de clase mundial que exporten tecnologías y servicios intensivos en conocimiento con negocios ese año por un total de US$ 4.000 millones.
La constitución de este círculo virtuoso permitirá desarrollar tecnologías disruptivas desde Chile. Aspiramos a ser líderes mundiales en tecnologías asociadas a una minería de bajo impacto ambiental. Existen las condiciones para que nos podamos transformar en líderes en manejo sustentable de relaves, en minería subterránea autónoma y en minería de bajas emisiones, sólo por nombrar algunas áreas en las que estamos trabajando fuertemente.
Ahora bien, es importante señalar que existen elementos claves que requieren ser desarrollados para alcanzar estos objetivos. Nos centraremos en dos: Colaboración y Capital Humano.
Colaboración
El desarrollo de innovaciones disruptivas requiere un trabajo más cercano y sinérgico entre el mundo académico y la industria, así como entre las empresas mineras y sus proveedores. El proceso de innovación tecnológica posee etapas fundamentales – investigación básica, investigación aplicada, desarrollo tecnológico y escalamiento –, cada una de las cuales requiere ser fortalecida y articulada apropiadamente con las demás.
Cada una de estas etapas posee diferentes características y, aunque distintos tipos de iniciativas han permitido su fortalecimiento, en cada una de ellas aún hay desafíos por resolver.
Vale la pena resaltar la etapa de escalamiento, pues ésta es la que posee menor desarrollo relativo en el país. La investigación aplicada y el desarrollo tecnológico permiten la generación de patentes y prototipos. Sin embargo, un prototipo no es un producto; un largo camino debe ser recorrido para generar un producto a partir de una patente. Así, el desafío del escalamiento se refiere a cómo transformamos prototipos y patentes en productos finales que puedan ser utilizados en la industria minera y que puedan ser exportados. Las dificultades son muchas, pero deben ser abordadas. Entre otras destacan: la necesidad de un trabajo más fluido y colaborativo entre empresas y centros de investigación, mecanismos de financiamiento ágiles y flexibles que permitan financiar las actividades de escalamiento y centros de pilotaje que permitan probar y validar las distintas tecnologías.
Capital Humano
El capital humano avanzado es esencial si nuestro país desea ser líder en tecnologías asociadas a la minería. Diversos estudios muestran que en Chile existe un importante déficit de investigadores en disciplinas asociadas a la actividad minera. En áreas como fundiciones, relaves y automatización minera, por nombrar sólo algunas, el número de investigadores y de profesionales altamente capacitados es claramente deficitario para los desafíos que se desea resolver.
Por lo mismo, se hacen necesarios mecanismos y programas que permitan aumentar el número de investigadores. Existen distintos tipos de medidas a implementar, entre las que destacan: aumentar la formación de investigadores en programas nacionales de doctorado, atraer investigadores internacionales en áreas consideradas claves o estratégicas, atraer investigadores de otras áreas a la minería, e implementar programas de pasantías de investigadores en la industria y de profesiones de la industria en la academia.
El Programa Alta Ley se encuentra liderando una serie de iniciativas que abordan algunos de los desafíos aquí expuestos
