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Tercera versión de la Reciclatón e-waste recolectó 6,4 toneladas

Tercera versión de la Reciclatón e-waste recolectó 6,4 toneladas

Los chilenos generamos anualmente 8,7 kilogramos de residuos electrónicos o e-waste por persona, más que el promedio mundial de 6 kilogramos per cápita. En el mundo se descartan 48,1 millones de toneladas de estos residuos por año, los que contaminan y utilizan espacio en basurales, a pesar de que en realidad no son basura, sino que contienen una gran variedad de materiales que se podrían aprovechar, como metales y piezas valiosas.

Pensando en contribuir a enfrentar ese problema es que la Oficina de Ingeniería para la Sustentabilidad de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile, organiza anualmente la Reciclatón e-waste, un evento de tres días en que se reciben equipos computacionales, monitores, cables, teclados, entre otros dispositivos electrónicos en desuso, los que posteriormente son valorizados y reciclados por la fundación estatal Chilenter. En su tercera versión logró recolectar 6,4 toneladas.

“Este evento tuvo la sorpresa de contar con un mayor aporte de organizaciones privadas y de la comunidad, especialmente de egresados de la FCFM, quienes se enteraron gracias a los sistemas de difusión y comunicación que tiene la Facultad. Participaron vecinos de los barrios aledaños y más lejanos”, indica Reynaldo Cabezas, jefe de la Oficina de Ingeniería para la Sustentabilidad.

El 40% de lo recolectado fueron equipos computacionales (CPU, notebooks, celulares, tablets, servidores, routers, etc.), unas 2,6 toneladas aproximadamente, seguidos de equipos periféricos (monitores, cables, teclados, mouse, etc.) con un aporte del 30%. La fundación Chilenter valorizará los equipos computacionales, los que pueden ser reacondicionados para su posterior donación a organizaciones sociales o educacionales; o pre-trata sus componentes para su posterior utilización en nuevos procesos (reciclaje de partes).

“Uno de los principales desafíos para la Oficina es apoyar y motivar el cambio hacia una conducta más sustentable. Sabemos que no es fácil y que requiere de tiempo, ya que se trata de un cambio cultural. Vemos en este tipo de eventos oportunidades de explicarle y mostrarle a la comunidad acciones para llevar a cabo una vida sostenible”, dice Cabezas, quien destacó la participación de estudiantes que ofrecieron su ayuda voluntariamente.

Para Pablo Garrido, encargado de proyectos de la Oficina de Ingeniería para la Sustentabilidad, más que la normativa local, el problema con los residuos electrónicos es que nadie sabe qué hacer con ellos “y tristemente varios terminan en la basura”, dice. “Definitivamente el que existan instancias así, provoca que uno domésticamente pueda no caer en estas acciones (botar este tipo de residuos a la basura) y ayudar a cambiar la cultura desde las bases”, asegura.

Cerca del 45% del aporte en peso de esta campaña provino de la Universidad de Chile (incluyendo otras unidades administrativas externas como INTA; ICEI; Derecho; Agronomía; etc.). “Esta vez se masificó la difusión a nivel universitario lo cual claramente fue clave en las grandes cifras aportadas. Ahora bien, hay mucho que mejorar y debemos llegar a un nivel mucho más organizado con el nivel central. Es uno de nuestros desafíos siguientes. En otras universidades se han hecho campañas similares y creo que sería muy beneficioso coordinar fechas para mejorar el impacto en este tipo de campañas”, indica Garrido.

A largo plazo, el modelo al cual apuntan es el Zero Waste (Basura Cero), que todo lo que comúnmente era arrojado al vertedero tenga valor. “Es un modelo increíble, pero lleno de desafíos. Las universidades de Illinois o Boston son ejemplos de ello. Sabemos que el camino es largo, pero tenemos fe de que a poco la cultura en cuanto a los residuos va a ir cambiando. Queremos que en nuestra Facultad se deje de hablar de basura como un todo y entender que son materiales que aún pueden aprovecharse”, enfatiza Garrido.

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