Amanda Peña, estudiante de Geología de la Universidad de Chile, tuvo la oportunidad de conocer Haití en el marco del proyecto de intercambio que busca generar pasantías con enfoque social, el cual se ha impulsado con el apoyo de la Dirección de Vinculación Externa (Dirvex) de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas (FCFM). “Hacer una práctica en un país como Francia, donde eres parte de un equipo gigante, enseñándote cómo ser profesional, es muy distinto. En Haití, nosotros éramos los únicos ‘expertos en el tema’, entonces nos tocó aprender más, estudiar más, desafiarnos más. Tu práctica se vuelve completamente distinta”, asegura Amanda.
Gracias al apoyo de la ONG CEUS Chile -fundada por estudiantes de ingeniería y ciencias de la Universidad de Chile- pudo formar un equipo que durante todo el 2018 trabajó en la planificación de un centro de energía comunitario compuesto por un sistema eléctrico de paneles solares para la comunidad Kolomm, ubicada en la comuna de Las Caobas e integrada principalmente por mujeres y niños. El objetivo no es sólo entregar electricidad a sus habitantes, sino también ofrecerles la posibilidad de generar recursos económicos.
Para lograr sus metas tuvieron la ayuda fundamental de Pamela Castillo, una ingeniera y exalumna de la FCFM, quien es parte de la ONG Proyecto Universal con presencia en Haití y que les permitió introducirse en la realidad del país y conocer en detalle las problemáticas del lugar. “La comunidad es la más entusiasmada con el proyecto. El tener un centro de energía comunitario entregará una primera solución a problemas básicos como refrigeración de alimentos, comunicación con sus familiares que en general viven a más de tres horas de la comunidad, iluminación durante la noche, entre otros problemas”, explica Pamela.
Superando el desafio
Tras un año de trabajo, Amanda junto a Alexandra Fuenzalida, estudiante de Geofísica y Jorge Godoy de Ingeniería Civil, y con el apoyo económico del proyecto Ingeniería 2030, pudieron viajar a Haití en enero de 2019. Si bien la idea original era instalar el centro de energía en la comunidad Kolomm, la realidad del país les obligó a reestructurar la iniciativa.
“Cuando llegamos allá nos dimos cuenta que eso no era viable. Haití no es un país que tenga fronteras confiables como para llevar las cosas, tampoco es que tú compres y te despachen a la dirección que entregaste. Eso no pasa allá. Tuvimos que modificar el proyecto completamente y tuvimos que reevaluarlo. Ellos no tienen luz ni agua, y no es que ellos no puedan comprarlo, es que no hay, y eso hace que la modalidad de trabajo sea completamente distinta”, recuerda Amanda.
Pese a la reestructuración, los estudiantes consideran que esto fue un aprendizaje invaluable. “Nosotros buscamos soluciones para Haití, pero buscar soluciones para otro país te enfrenta a otros problemas, no sólo sociales sino también de ingeniería que te ayudan a capacitarte mejor en lo que haces”, asegura Jorge.
Para Amanda, la oportunidad de participar en esta iniciativa impulsada por la Dirvex, marca un antes y un después. “Todos sabemos que cada universidad forma un ingeniero distinto, con una ética distinta, con intereses distintos, objetivos distintos… y creo que la Universidad de Chile tiene algo diferente, por algo la elegimos. ¡Es ‘La Chile!’ Es ‘La’ universidad pública, la mejor del país y una de las mejores de Latinoamérica. Yo quiero tener ese sello. Quiero salir y pensar en el resto, quiero salir y sensibilizarme con el resto, quiero salir y no pensar sólo en mi sueldo, y creo que este programa en particular te acerca más a ese objetivo, a ser un profesional integral con interés en la sociedad”, afirma la estudiante de Geología.
Natalia Álvarez, explica que “para nosotros es muy importante fomentar este tipo de programas que aportan inmensamente a la formación de nuestros estudiantes y que contribuyen al rol social que tenemos como ingenieros de la Universidad de Chile. Nos pone muy contentos ver los resultados del trabajo coordinado que se ha realizado con el área de Relaciones Internacionales de la Dirvex y esperamos que este programa se mantenga y podamos seguir impactando positivamente en comunidades vulnerables en Chile y en el extranjero”.
Para estos tres jóvenes la comunidad Kolomm sigue presente en sus vidas. Su compromiso es llevarles la electricidad tan esperada. El proyecto sigue adelante y el plan es que un nuevo equipo de estudiantes viaje este 2019 a implementar el centro de energía para, así, cumplir el sueño de las 23 familias de la comunidad y dejar el sello de “La Chile” en Haití.
