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Reportaje | Docencia remota en pandemia

Postgrado, Educación Continua y virtualidad

Postgrado, Educación Continua y virtualidad

La instrucción de impartir clases remotas desde el 16 de marzo no dejó fuera a la Escuela de Postgrado y Educación Continua. Sus programas tenían fechas de inicio más tardías que pregrado, lo que pudo significar una pequeña ventaja para incorporar la modalidad remota, sin embargo, la incertidumbre que traía consigo la pandemia no hizo más sencillo el proceso de adecuación. “En términos generales fue muy desafiante dado la adaptación del equipo al trabajo remoto de carácter administrativo y la necesidad de adaptar los procesos educativos a la nueva modalidad. Si bien el estallido social ya nos había dejado lecciones de ejecución de clases en línea sincrónicas, el traspasar toda la oferta formativa implicó un desafío mayor”, indica el subdirector de Educación Continua, Jorge Cancino.

Una ventaja que sí tuvieron fue la experiencia de virtualidad en algunos programa de educación continua, con los que ya tenían tres años de experiencia con clases por streaming. “Fue una gran ayuda, porque tuvimos el espacio para probar, equivocarnos y mejorar. En ese sentido, el aporte de alumnos, profesores y equipo de apoyo ha sido clave para poder mantener la continuidad operativa del área”, explica el subdirector.

A pesar de lo que se podría pensar, de los 34 programas de postgrado y los 64 de educación continua, solo tres diplomas no se ejecutaron por falta de un quórum mínimo. “Tenemos una matrícula total de postgrado de 1.437 estudiantes que cerraron el 2020, muy parecida a la del año anterior (2% de incremento en doctorado). Parte de este resultado es producto del incremento significativo en las becas de doctorado entregadas por la Escuela, las cuales se duplicaron con respecto a 2019, a eso se suma la implementación de nuevos programas y la flexibilidad ofrecida durante este año desde la Escuela y los programas de postgrado a sus estudiantes”, señala el subdirector de Postgrado, Jorge Díaz.

En cuanto a educación continua, los programas mantuvieron e, incluso, aumentaron su matrícula debido a la modalidad remota. “Logramos llegar a alumnos de regiones y de fuera de Chile, que en condiciones normales no habrían podido estudiar con nosotros”, indica Jorge Cancino, quien agrega que los programas de “las áreas industriales como las relacionadas con el comercio, banca o retail, fueron aquellas a las que más nos costó llegar, pero se entiende debido a que fueron las áreas más afectadas desde el estallido social y la pandemia”.

Docencia transversal y bienestar de sus estudiantes

Entre las medidas que la Escuela tomó durante este periodo, el contacto directo con las y los estudiantes fue fundamental para hacerse un panorama de cómo estaban viviendo la pandemia y cómo se les podía apoyar. “Se realizó una serie de catastros para identificar y resolver problemas de conectividad y herramientas para sus clases virtuales, además de obtener información con el objeto de conocer sus condiciones para continuar con sus estudios bajo la modalidad a distancia. De estos levantamientos surgieron una serie de líneas de trabajo como talleres relacionados a salud mental y pausas activas, sobrecarga académica y apoyo al trabajo de tesis”, señala la subdirectora académica de la Escuela, María Elena Lienqueo.

Fue así que el enfoque se dirigió a la calidad de vida del estudiantado y la necesidad de aplacar lo más posible las preocupaciones en torno al desarrollo de sus estudios. “Este año pudimos implementar una iniciativa que veníamos planificando desde 2019 y que resultó muy oportuna para enfrentar la contingencia, como es la oferta de nuevos cursos transversales desde la Escuela. Asimismo, se realizaron talleres de apoyo a la postulación a becas ANID, los que junto a los cursos de inglés que se venían dictando desde hace años, tuvieron muy buena recepción por parte de nuestras y nuestros estudiantes”, señala el director de la Escuela, Gabriel Easton.

Un trabajo en equipo

Hasta ahora, el trabajo de la Escuela de Postgrado y Educación Continua ha salido adelante sorteando las dificultades. “En términos globales tenemos una buena sensación. El equipo de la Escuela ha estado a la altura de las circunstancias y el equipo de docentes ha dado todo de sí para cumplir con los objetivos. Estamos revisando, implementado nuevas medidas y mejorándolas”, comenta el subdirector de Educación Continua, quien además, explica que su unidad “ha trabajado todo el segundo semestre en la generación de una plataforma de educación a distancia para cursos 100% e-learning o mixtos. Se trata de Virtual Labx, la cual está desde ya disponible para seguir avanzado en el desafío de la virtualización de nuestros programas, con muy buena acogida de académicos y profesionales de educación continua”.

La situación en postgrado es similar. “Tanto estudiantes como académicos y funcionarios pusieron todo de su parte para lograr cumplir los objetivos de este año y adaptarse rápidamente a condiciones inciertas. El 100% de los programas de postgrado lograron adaptarse, con una repercusión mínima en su volumen de inscripción. Además, es destacable que todos los programas entregaron las opciones y apoyo a sus estudiantes más afectados en aspectos clave como conectividad, formatos, plazos de entrega o revisión de avances”, señala Jorge Díaz.

Todo indica que el próximo semestre de otoño será muy similar a este, por lo que la Escuela continúa su labor, enfocándose en las mejoras de la modalidad remota y en el apoyo a sus estudiantes, quienes deben coordinar su educación con sus vidas hogareñas y profesionales.

“Ha sido un periodo tremendamente desafiante, sobre todo para una Escuela como la nuestra que se encuentra en una transiente, en un periodo de crecimiento y cambio. La contingencia permitió acelerar iniciativas tales como la oferta de programas en línea, dejando enseñanzas en cuanto a la necesidad de mecanismos concretos para una mayor cercanía con nuestras y nuestros estudiantes, flexibilidad docente, formación transversal y mejora de procesos de gestión académica y administrativa, como también la importancia de actividades de terreno y laboratorio en el caso de muchas tesis, entre otros. La experiencia de este año, sin duda, deja una enseñanza que aquilatar en pos de mejoras para el futuro próximo”, concluye Gabriel Easton.

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