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Patricio Aceituno: "Es un tremendo orgullo ser decano de esta Facultad"

Patricio Aceituno: "Es un tremendo orgullo ser decano de esta Facultad

Por 50 años ha recorrido todos los rincones de Beauchef. Es que para Patricio Aceituno Gutiérrez, decano de la FCFM desde 2014, esta facultad es su casa. Ingresó como estudiante en marzo de 1968 y hoy, a meses de terminar su decanatura, realiza una evaluación de su gestión y entrega una mirada de lo que fue, es y debiera ser una de las unidades fundadoras de la Universidad de Chile.

Trabajólico, detallista y siempre en busca de la excelencia; es común verlo por el campus observando qué se puede mejorar. “Es fundamental contar con una buena calidad de vida, eso se traduce en estudiar, trabajar, investigar y enseñar en un ambiente grato y cómodo para toda la comunidad”, señala al comenzar esta entrevista.

Tras casi cuatro años a la cabeza de la FCFM, deja una facultad que se ha consolidado como líder en investigación, con 240 académicos con jornada completa, cuatro nuevos centros, la fusión de dos departamentos, la creación de una dirección de vinculación externa, la implementación de políticas de equidad de género, que la ha transformado en un foco de atención en el ámbito nacional e internacional.

De su período de decanatura, ¿qué logros destacaría y qué quedó pendiente?

Un aporte significativo fue el consolidar e institucionalizar una serie de centros autónomos, con capacidad de gestión propia, como Nic Chile, el Centro de Energía, el Centro Ucampus y el AMTC. Fue un ordenamiento importante que se debía hacer.

Otro logro del que me siento muy satisfecho es haber logrado la fusión de dos departamentos que siendo cercanos en el ámbito disciplinario, históricamente habían estado separados: el Departamento de Ingeniería Química y Biotecnología y el Departamento de Ciencia de los Materiales. Éste es un signo de que en la Universidad no todo está establecido para siempre, que es posible hacer cambios de estructura para lograr una institución con una mejor organización. En este periodo también se completaron procesos diseñados e iniciados en la administración anterior. En ese sentido, tuve el privilegio de inaugurar y luego darle vida en su puesta en marcha al proyecto Beauchef 851, desarrollado bajo la administración del Decano Francisco Brieva que, por sus dimensiones, es el proyecto más grande que esta facultad alguna vez asumió.

En cuanto a los pendientes, me hubiera gustado haber resuelto de una manera más ágil la intervención del patio central de Beauchef 850. Para mí ese proyecto es muy importante en términos de calidad de vida, ya que vendrá a satisfacer una necesidad de espacio de encuentro para toda la comunidad, en un ambiente moderno, iluminado, seguro, amplio y acogedor. Otro proyecto que quedó en la etapa de los sueños es la construcción de un hogar universitario para estudiantes de esta facultad en la vecindad del campus, por lo que espero que las futuras autoridades lo consideren entre sus prioridades, ojalá con apoyo de nuestros egresados.

Más académicos e investigación

Durante 2017 la FCFM alcanzó los 240 académicos y académicas con jornada completa. En tanto, sus investigadores son responsables del 25.3% de las publicaciones de la Universidad de Chile en revistas indexadas ISI en el período 2011-2016.

Patricio Aceituno atribuye el éxito a una cultura que logró instalarse en la Facultad. “No es mérito mío, viene de mucho antes, de las decanaturas de los profesores Víctor Pérez y Francisco Brieva, que enfatizaron la rigurosidad y la alta exigencia en las nuevas contrataciones, lo que nos llevó a tener un cuerpo académico muy potente y permanentemente activo en la búsqueda de nuevas oportunidades en investigación.

En este sentido ¿qué potenció en le ámbito académico?

Pusimos en marcha el Programa de Equidad de Género en la Academia, el que nos ha permitido contratar a seis nuevas académicas por esa vía. Ésa es una señal bien potente en una facultad mayormente de hombres, al abrir un camino no sólo a las estudiantes, con los 40 cupos especiales de ingreso para mujeres del programa PEG, sino también en el cuerpo académico que es extremadamente desbalanceado en términos de género, con sólo un 17.5% de participación femenina.

El decano Aceituno también destaca lo competitiva que se ha vuelto la Facultad en el contexto internacional, lo que se refleja en una alta participación de postulantes extranjeros, sobre todo europeos, en los concursos académicos que convoca la FCFM. “Empezar a ser atractiva para personas de otros lugares del mundo, habla bien de una facultad que se inserta en el mundo”, comenta. Atracción que también se pone en evidencia en la alta proporción de investigadores postdoctorales extranjeros que trabajan en la Facultad (56% de 107 en 2017), lo que da cuenta de una importación significativa de recurso humano altamente calificado al servicio de la investigación que se realiza en el país. “La Dirección Académica destinó recursos específicos para apoyar a los nuevos académicos y a los investigadores postdoctorales, lo que finalmente apunta a una mejor calidad de vida para ellos, que para mí es fundamental”, sostiene.

Pre y postgrado

Aceituno destaca el impacto del proyecto Ingeniería y Ciencias 2030, que ha contribuido al proceso de modificación de las mallas curriculares y a la optimización del proceso formativo, permitiendo acortar a 11 semestres la duración de las carreras profesionales de geología e ingeniería. La incorporación de nuevas capacidades de apoyo a la docencia y el fomento de la innovación y emprendimiento en la formación de ingeniería son también avances significativos de esta iniciativa.

¿Cuáles fueron los avances en el fortalecimiento del pregrado y postgrado?

La reacreditación de las carreras profesionales y de las licenciaturas terminales fue un proceso que se realizó durante este período, en el que siete carreras lograron acreditarse por el máximo de siete años y tres por seis años, lo que constituye un excelente resultado que deja alta la vara para el siguiente proceso, en el cual espero que todas las carreras logren la máxima certificación de calidad.

Otra acción fue la formalización de una unidad de Educación Continua al interior de la Escuela de Postgrado, con lo cual se fortaleció un área de la formación que considero muy importante, porque vincula a la Facultad con profesionales formados en distintas universidades, ampliando la difusión de nuestro quehacer hacia la sociedad.

Una política de recursos humanos

Un tema pendiente en términos de calidad de vida en el ámbito del personal de colaboración no académico es, según el decano Aceituno, el diseño y la aplicación de una política moderna de recursos humanos. “Eso significa no sólo tener lineamientos de contratación y descripción de cargos, sino una visión más integral para anticipar y resolver problemas de diversa naturaleza que involucran a una comunidad de más de tres mil funcionarios. Un avance en este ámbito es la creación del Mediador Universitario para apoyar en la resolución de conflictos, pero una institución de este tamaño requiere más que eso”.

Reflexiones

¿Qué hitos desarrollados en su gestión destacaría?

En términos globales destaco el haber continuado y fortalecido el liderazgo de esta facultad en investigación, porque se crearon espacios, se abrieron oportunidades y se apoyaron iniciativas. La puesta en órbita del satélite Suchai y la exitosa travesía Santiago–Arica del auto solar Eolian Fénix son señales potentes de cómo esta facultad puede abordar con sus estudiantes problemas que parecían inabordables hace una década. Resalto, además, el trabajo que se ha hecho en internacionalización y vinculación con los egresados, a través de la creación de la Dirección de Vinculación Externa. Fue una decisión de esta decanatura la gestación y formalización de esa unidad, que ha permitido focalizar acciones en estos dos ámbitos de gran importancia para el desarrollo de la Facultad.

¿Y su mayor orgullo?

Haber logrado mantener una facultad cohesionada, entusiasmada y vigorosa. En el resto del país se habla de que ‘en el momento que lleguemos a ser un país desarrollado, ocurrirán tales cosas’, y yo, cuando miro esta facultad -y ése es mi mayor orgullo- veo que en algunas áreas ya se llegó a ese estado, con un ambiente similar al que se puede encontrar en los mejores centros de investigación del mundo, por el nivel de excelencia de la investigación que se realiza, por la vinculación internacional, por la calidad de los estudiantes, etc. Para mí es un tremendo orgullo ser decano de esta facultad”.

¿Cuál fue el momento más difícil?

Sin duda la muerte de Felipe (Álvarez), por lo inesperado, porque era un apoyo muy cercano. En los tres años que fue vicedecano, puse toda mi confianza en él y me sentía totalmente apoyado, todas mis decisiones las compartía con él, por lo que perder repentinamente ese apoyo me provocó una sensación de vacío. Fue una tremenda pérdida. Por otra parte, durante las movilizaciones hubo también momentos tensos en la relación con los estudiantes. Sin embargo, debo reconocer que prevaleció siempre un diálogo respetuoso que hizo posible los acuerdos.

¿Se siente satisfecho con lo logrado en su período?

Me siento satisfecho con lo que hice, puse mi mejor esfuerzo. Una institución como ésta no la hace una persona, sino una secuencia de ellas, es un continuo, uno va empujando el carro y el siguiente va cosechando lo que éste impulsó, y va creando nuevas iniciativas. Si logramos alcanzar un nivel de clase mundial no es sólo porque los académicos y académicas sean de clase mundial, sino que todos quienes integramos esta comunidad debemos hacer el trabajo que nos corresponde de la mejor forma posible, con excelencia en cada detalle. Es eso lo que nos lleva a ser cada día mejores como institución. Esa mentalidad y desafío se debe instaurar y consolidar en cada uno de nosotros.

Por otro lado, un rito que me produce un sentimiento de logro, de misión cumplida, es la ceremonia anual de graduación. Cuando veo a un estudiante que conocí como mechón, transformado unos años más tarde en un profesional, es impagable. Pasarán 20, 30 o más años y ese egresado o egresada hablará de su Escuela, de la Universidad de Chile, de sus profesores, con sentimientos de gratitud por el lugar donde se formó.

¿Cuáles son los próximos desafíos de la FCFM?

Si queremos aumentar el impacto de nuestro quehacer, necesitamos desarrollar una política de crecimiento. Éste es un gran desafío. Debemos crecer en el tamaño del cuerpo académico y en el número de las personas que formamos en pregrado y postgrado. Y para esto se requieren más espacios, más salas de clases, más laboratorios, más infraestructura en términos generales. Por ejemplo, el tener más titulados de Beauchef en puestos claves de la economía, de la industria, del Estado, significa que la Universidad de Chile, y esta Facultad en particular, aumenta su influencia. Uno espera que el que se formó aquí tenga algo distinto al que lo hizo en otra universidad, porque tuvo que convivir con un espectro social amplio, lo que se traduce en una actitud de mayor respeto y comprensión.

Cuando pienso cómo será esta facultad en diez, quince o veinte años más, la imagino espacialmente más grande, con dependencias instaladas en el nuevo campus de Carén, con unidades nuevas en su entorno que la vinculen con otras disciplinas, por ejemplo, con un centro de investigación en temas de ingeniería y medicina, ingeniería y recursos hídricos para la agricultura; con muchos emprendimientos estudiantiles instalados en el barrio y, por supuesto, con un hogar universitario para estudiantes de provincia o de barrios periféricos de la ciudad.

¿Cómo cree que lo van a recordar?

Como alguien que se preocupó de la Facultad, incluso en detalles pequeños. Para mí ésta siempre ha sido como mi casa, entonces tener la oportunidad de ser decano me permitió tener una mirada más global y acogedora de las necesidades y anhelos de todos los integrantes de su comunidad.

¿Por qué decidió no repostular al decanato?

En los últimos 16 años la FCFM ha sido liderada por dos personas de una misma generación. Creo que es el momento de producir un cambio y que representantes de generaciones más jóvenes tomen el desafío de encabezar esta institución. El futuro A meses del término de su decanato, va por un nuevo desafío, -el último, dice-: la rectoría de la Universidad de Chile.

¿Qué es lo que espera alcanzar en este siguiente desafío?

Si logro aunar a un grupo entusiasta de personas capaces y comprometidas con la institución, podemos hacer un aporte para que esta universidad aborde desafíos interesantes, y contribuya a que este país de un salto en su desarrollo con un mayor nivel de equidad y justicia social. Creo que ésta es una universidad demasiado autoreferente. Para mí lo importante no es ocupar una cierta posición en los rankings. Esta institución tiene una misión que es servir a Chile, y considero que no hay otra opción que cumplir esta misión con el más alto estándar de calidad posible. Por eso tomé el desafío de ser candidato a rector.

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