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Terremoto del norte fue un proceso de años que aceleró en su fase final

Terremoto del norte fue un proceso de años que aceleró en fase final

El 24 de julio la Revista Science publicó un artículo que reveló que el terremoto ocurrido el 1 de abril de 2014 en el norte grande de Chile fue precedido por una fuerte actividad de sismos precursores de mayor magnitud a partir del 16 de marzo, pudiendo observarse un cambio significativo en el movimiento del suelo registrado por instrumentos GPS y acelerógrafos instalados en la zona. Una primera interpretación de estas observaciones es que un sismo lento se produjo en el curso del mes de marzo, al mismo tiempo que la sismicidad progresaba anunciando el terremoto del 1 de abril que fue de una magnitud de 8,1.

Sergio Ruiz, académico del Departamento de Geofísica de la FCFM, y quien lideró la investigación cuenta que “en marzo comenzamos a estudiar los sismo precursores al terremoto tratando de entender por qué estaba ocurriendo este enjambre sísmico, que era atractivo pues ocurrieron varios sismos de magnitud superior a 6 en un corto periodo de tiempo, además esta sismicidad presentó la particularidad de migrar hacia el norte -habitualmente cuando ocurre un enjambre estos se concentran en un mismo sitio pero este no fue el caso-, los sismos partieron 50 kilómetros al sur de donde finalmente fue el epicentro del terremoto, esto nos motivó a estudiar los registros sísmicos”.

El académico explica que en esta investigación “proponemos que este terremoto comenzó muy suavemente y se aceleró en su fase final, lo que se observó con claridad a partir del mes de marzo, con los sismos precursores que terminan el 1 de Abril con el terremoto Mw 8.1. Pero sospechamos que esto pudo haber sido un proceso mucho más largo, de años, décadas incluso”. Agrega que “la importancia de esta investigación es que sólo en muy pocos trabajos previos se había podido observar o capturar todo el proceso de nucleación de un terremoto grande, logrando comprenderlo. Eso es muy interesante porque el proceso de nucleación que se dio en este terremoto va a la par con lo que están observando otros grupos de investigación en laboratorio, donde al simular un terremoto se ha observado que la ruptura no comienza en forma instantánea, sino que tiene un proceso de movimiento muy lento que se acelera en la fase final, por lo general lo que nosotros observábamos era el término de este proceso, que dura solo decenas de segundos, el terremoto”.

Una parte importante del norte de Chile, de más de 400 km de largo, ha sido observada con gran interés desde la década del 70. Esta zona fue identificada como una laguna sísmica, es decir una zona donde desde el último terremoto, ocurrido en 1877, sólo habían sucedido eventos de magnitud menor. Por ello, muchos investigadores pensaban que cuando se produjera un sismo en esta zona éste sería un “big one”, un megaterremoto, similar al de Maule en 2010. Sin embargo, el sismo de Iquique sólo rompió la parte norte de la laguna sísmica. El sismo de 2014 parece no haber eliminado todos los esfuerzos acumulados desde 1877, zona que ha sido identificada por varios investigadores como fuertemente acoplada.

Respecto de esto el profesor Ruiz explica que “a pesar de que éste fue un terremoto de una magnitud grande, la zona todavía tiene energía para generar otro terremoto, se podría producir un evento aún mayor que el ocurrido el 1 de abril, por esto aún debemos contextualizar este terremoto dentro de la zona identificada como una laguna sísmica, porque este no es un proceso haya concluido, aún hay grandes zonas que están acopladas y que pueden generar más terremotos. La pregunta es cuándo, eso no lo podemos responder pero podemos instrumentar cada vez mejor y volver a tomar datos como ocurrió con este último terremoto y ver si las características precursoras que se observaron en el terremoto de Iquique se está repitiendo en otras zonas del norte, esto abre un gran campo de investigación”.

Los autores de esta investigación son: Sergio Ruiz, Javier Ruiz y Jaime Campos del Departamento de Geofísica, FCFM - U. de Chile; Felipe Leyton del Centro Sismológico Nacional, FCFM - U. de Chile; Marianne Metois del Instituto Nazionale di Geofisica e Vulcanologia, Centro Nazionale Terremoti, Italy; Amaya Fuenzalida de la School of Environmental Sciences, University of Liverpool, U.K; R. Grandin del Institut de Physique du Globe de Paris, France; Raúl Madariaga y Christophe Vigny del Laboratoire de Geologie, Ecole Normale Superieure, France.

La colaboración que dio origen a esta investigación fue posible gracias al financiamiento de un profecto Fondecyt de iniciación y un Fondecy Regular. Adicionalmente proyectos ECOS, de la Unión Europea, de la Iniciativa Científica Milenio y Conicyt en Chile, del CNRS y la ANR en Francia y del GFZ en Alemania han permitido monitorear continuamente y durante años la laguna sísmica del Norte de Chile. El cuadro formal de esta colaboración es el Laboratorio Internacional Asociado Montesus de Ballore, nombre del fundador de la sismología en Chile, una iniciativa implementada por la FCFM de la U. de Chile y el C.N.R.S. de Francia.

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