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El concepto FabLab nace en el 2001 como un conjunto de plataformas virtuales y tangibles que proveen el conocimiento y las herramientas para prototipar y fabricar productos y dispositivos que permitan resolver las necesidades propias de los territorios en los que se posicionan. Quince años más tarde, resulta impresionante observar cómo han brotado más de 400 laboratorios en el mapa de la Fab Foundation, encabezado por el MIT. Si bien estos polos de fabricación se encuentran distribuidos alrededor del mundo, condición que se podría comparar con una época preindustrial, hoy estos laboratorios creativos funcionan conectados. Y conectados significa que comparten un lenguaje transversal (digital) que posibilita que múltiples disciplinas dialoguen en torno a la tangibilización de ideas; conectados significa que comparten una serie de herramientas que permiten navegar de manera iterativa entre el entorno digital y el mundo material para el desarrollo de proyectos complejos.

Estos nuevos lenguajes y herramientas han fomentado el nacimiento de comunidades colaborativas que actualizan, modifican y divulgan archivos digitales de bienes materiales y máquinas high tech / low cost para su fabricación. Hoy es posible diseñar un dispositivo en el FabLab de la Universidad de Chile, enviar el archivo de mecanizado por correo electrónico, y que a los pocos minutos se vuelva tangible en el FabLab Barcelona. A una escala mayor, podemos enviar el archivo digital directo a Shenzhen, China,  para su fabricación en masa. Estas nuevas posibilidades y capacidades dadas por la Fabricación Digital implican un cambio de paradigma en los modos de “hacer”, la producción se vuelve más inclusiva. Esto podría generar modificaciones en nuestra cultura material y la manera de relacionarnos con nuestro entorno.

FabLab U. de Chile

Cumplidos ya 11 meses desde su inauguración, con más de 400 personas capacitadas en Fabricación Digital, 10 Startups alojadas en el laboratorio y múltiples actividades, nos hemos permitido definir un sello particular del FabLab de la Universidad de Chile.

El laboratorio se constituye como una plataforma abierta y gratuita que provee de 400 m2 de espacio de trabajo, equipado con computadores, zona de prototipado electrónico, impresoras 3D, Router CNC, Plotter de Corte y Escáner 3D, entre otros. Esto atrae y congrega una gran cantidad de personas con diversas motivaciones, y permite que se generen equipos multidisciplinarios para el desarrollo de proyectos. El camino es lograr una red de colaboración en torno al conocimiento colectivo.

Hoy el FabLab alberga tres tipos de usuarios: proyectos, startups y empresas; transversales a ellos, académicos, alumnos, y profesionales de diversas áreas. En el caso de los proyectos, estos nos vinculan con la comunidad y permiten que se genere una cultura del hacer. Las startups posicionan al laboratorio con productos y dispositivos avanzados que corren la barrera tecnológica y tienen potencial de alto impacto en términos de su relevancia y escalabilidad. Y la empresa, nos vincula con la innovación y transferencia tecnológica en la industria.

Como laboratorio de fabricación, estar en la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile, y suscritos al programa Open Beauchef, nos impulsa a abordar desafíos complejos. Apuntamos a brindar un espacio idóneo que fomente el uso de la tecnología de manera creativa, especulativa y experimental. Y que estas experiencias, por consecuencia, permitan que se generen proyectos innovadores y disruptivos, a través de una simbiosis entre las ciencias y las artes, y el empoderamiento tecnológico.

En esta nueva etapa abrimos las puertas a todos quienes quieran participar junto a nosotros en este gran desafío!

Danisa Peric

Directora Ejecutiva

FabLab U. de Chile

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