En 2024 se celebran 30 años de la Declaración de Salamanca (España), acuerdo mundial asociado a la eliminación de sesgos discriminatorios y excluyentes en la trayectoria formativa de las y los estudiantes, una línea que el PAR Explora Región Metropolitana Sur Poniente (RMSP), programa liderado por la Universidad de Chile, a través de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas, se ha dedicado a desarrollar.
Lucía Núñez Aguilera, directora del PAR Explora RMSP, destaca que todas y todos los estudiantes pueden acceder a las actividades del programa, “considerando la diversidad de las personas, diferencias geográficas de cada comuna e intereses variados. Por ejemplo, nosotros intentamos disminuir las brechas de acceso, promover la participación de mujeres en actividades científicas y mostrar que independiente de cómo somos, dónde vivimos o estudiamos, la ciencia y tecnología están a nuestro alrededor, pudiendo utilizarlas para cambiar nuestro entorno y comunidades”, señala.
A juicio de Alicia Ceballos Riveros, profesional de acompañamiento del Programa para Primeras Edades (PIPE), uno de los mayores beneficios de la educación inclusiva, radica en “favorecer instancias donde los estudiantes trabajan colaborativamente, compartan y profundicen sus reflexiones, evidenciando que el conocimiento no sólo se genera en un espacio cerrado, sino que obedece a un trabajo en equipo, aportando las distintas perspectivas y visiones de las personas”.
Creación de conocimientos y desarrollo de competencias
La Ley de Inclusión N° 20.845, requiere de todos los establecimientos para la elaboración de planes de apoyo a la inclusión, orientados a cumplir con el mandato de desarrollar una educación libre de discriminaciones arbitrarias, en comunidades que se constituyen como espacios de encuentro y aprendizaje, con estudiantes de procedencias y condiciones diversas.
De ahí la importancia de promover la cohesión, justicia e integración social. La inclusión social tiene como objetivo que los ciudadanos marginados participen en las áreas del conocimiento, servicios y tecnología, enriqueciendo la calidad de un sistema que permita motivar el ingreso de los y las estudiantes a la educación superior.
En ese sentido, Lucía Núñez destaca que Explora RMSP se rige por un modelo de competencias que no solo refuerza el proceso de creación de conocimientos, sino también, permite el desarrollo de competencias transversales que están alineadas con las "Habilidades del Siglo XXI". “En este contexto, la educación inclusiva permite que los niños y niñas aprendan de otras personas, tomando en consideración sus propias fortalezas y debilidades, para luego ponerlas al servicio de un proyecto común con diferentes estudiantes. Una acción que les incentivará a resolver sus conflictos de manera innovadora, resolviendo esas discrepancias y complementándose entre sí. De esta manera, buscamos entregar oportunidades para el aprendizaje significativo vinculado a las ciencias y tecnologías”.
Sobre este punto, “las tecnologías se desarrollan para resolver problemas en diferentes ámbitos. En educación, éstas pueden complementar y hacer más eficiente el acceso al conocimiento, pudiendo ser usadas por docentes y estudiantes para cubrir necesidades físicas, visualizar de manera didáctica conceptos y fenómenos que, según la edad de los estudiantes y jóvenes, pueden ser muy abstractos. Asimismo, incentivarlos a vivir nuevas experiencias que les permitan aprender de manera significativa y contextualizada”, explica la directora del PAR Explota RMSP.
La educación inclusiva, facilita la promoción de la autoestima y confianza de los estudiantes, generando un ambiente donde tanto la aceptación como el respeto, se convierten en un eje de vital importancia para la consolidación del proceso educativo, señala Alicia Ceballos. “Simultáneamente, le exige al docente diversificar sus prácticas pedagógicas y, al estudiante, fortalecer sus habilidades sociales, relacionándose con sus pares desde la empatía y colaboración”, agrega.
En general, la evolución de la inclusión en la educación desde la Declaración de Salamanca y la aprobación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible en 2015, reflejan un compromiso cada vez mayor con la creación de entornos de aprendizaje equitativos, diversos e inclusivos en los que cada alumno importa. Asimismo, se reconoce la importancia de garantizar sistemas educativos más integradores, que atiendan las necesidades de los alumnos y las comunidades con mayores índices de vulnerabilidad.