La Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile presentó a sus estudiantes, académicas y académicos, funcionarias y funcionarios el proyecto de remodelación de la Biblioteca Central, una iniciativa que modernizará sus espacios de estudio y reforzará los servicios disponibles para la comunidad.
Luego de años de planificación, consultas al estudiantado y rigurosas etapas de diseño y procesos administrativos, la remodelación comenzará a ejecutarse a fines de 2025.
La jornada partió con la presentación del arquitecto Felipe Urbina, quien compartió con la comunidad los principales lineamientos de la remodelación a través de una maqueta 3D que permitió visualizar los futuros espacios de la Biblioteca Central. Más salas de estudio, nuevas salas de clases, climatización y redes eléctricas modernas son parte de las mejoras que se proyectan.
Antes y después de la remodelación
- Los espacios de salas de estudio pasarán de 311,8 m² a 498,7 m²
- Salas de clases actualmente no existen, se incorporarán 171,6 m² para ello
- Climatización hoy no cuenta, se instalará un sistema centralizado
- Los baños se renovarán completamente con accesibilidad universal
- Se cambiarán las instalaciones eléctricas de una red antigua a redes inteligentes capaces de adaptarse a la demanda
Posteriormente, Loreto González, directora de la Biblioteca Central, explicó el proceso de cierre y detalló los servicios de estudio y préstamo que se mantendrán activos durante las obras. Más tarde, Miguel Ángel Aguilera, secretario general del Centro de Estudiantes de Plan Común, presentó los resultados de la encuesta aplicada a estudiantes de pre y posgrado, que recogió expectativas y necesidades frente a la remodelación.
Conversatorio Biblioteca del futuro
Como parte del programa se realizó el conversatorio “Biblioteca del futuro, ¿hacia dónde vamos?”, que reunió a voces del ámbito bibliotecario, académico y estudiantil. Participaron Ingrid Espinoza, directora del Magíster en Gestión de Información y Bibliotecología de la UTEM, Claudio Gutiérrez, académico del Departamento de Ciencias de la Computación de la FCFM e investigador en Big Data, y Axel Picket, estudiante de Ingeniería Industrial y presidente del CEI. La moderación estuvo a cargo de Jessica Carvajal, presidenta del Colegio de Bibliotecarios AG.
Los panelistas coincidieron en que la biblioteca del futuro debe ser un espacio híbrido donde lo físico y lo digital convivan, con nuevos desafíos vinculados a la tecnología y al rol de los bibliotecarios.
Para Ingrid Espinoza, las bibliotecas han evolucionado hacia espacios que responden a una necesidad social. “Las bibliotecas están ganando mucho en acoger a la sociedad como lugares de reunión y encuentro. Pasamos tantas horas frente a pantallas que estos espacios vuelven a ser esenciales para conectarnos con otros, ya sea a través de salas de estudio, ludotecas o actividades colaborativas”, señaló.
El profesor Claudio Gutiérrez puso énfasis en el patrimonio y en el papel de quienes trabajan en las bibliotecas. “Tenemos a cargo el patrimonio de la ingeniería chilena desde 1842 y debemos asumir esa responsabilidad. No se trata solo de libros, también hablamos de los datos que hoy generamos. Además, me preocupa el rol del bibliotecario, una persona que gana cuando el otro gana. Ese espíritu de servicio es algo que debemos resguardar en el futuro”, comentó.
Desde la mirada estudiantil, Axel Picket destacó la importancia de los espacios colaborativos. “Los estudiantes valoramos sobre todo las salas de trabajo grupal. Allí no solo resolvemos problemas académicos, también aprendemos a pensar en conjunto, a discutir y generar conocimiento real. Esa dinámica es lo que hace la diferencia en nuestra formación”, afirmó.
En el debate también surgieron reflexiones sobre el acceso al conocimiento en la era digital. Espinoza recalcó que la preservación de la información sigue siendo un desafío. “El libro físico no va a desaparecer porque siempre habrá quienes lo prefieran. Lo que cambia es el formato y nuestro deber es resguardar ese conocimiento en todas sus formas, incluso frente a la fragilidad de lo digital”, explicó.
Gutiérrez advirtió sobre la necesidad de enfrentar críticamente el impacto de la inteligencia artificial. “La IA distribuye el conocimiento de una manera radical. Esto trae retos éticos, legales y educativos que debemos asumir. La biblioteca no puede quedar fuera de esa discusión”, indicó.
Picket, en tanto, reforzó que la biblioteca es más que un depósito de información. “Necesitamos que siga siendo un lugar donde se genere comunidad. La tecnología es clave, pero no debe hacernos perder el valor humano del encuentro y el pensamiento crítico”, señaló.
El conversatorio puso de relieve que las bibliotecas seguirán siendo espacios estratégicos de formación no solo académica, también social, al promover competencias como la colaboración, la comunicación y el pensamiento crítico en una era cada vez más digitalizada.
La actividad terminó con la participación de los y las asistentes en un espacio de preguntas, donde se compartieron inquietudes y reflexiones sobre el futuro de la Biblioteca Central de la FCFM.