Históricamente, la minería en Chile ha estado aquejada por un déficit recurrente de mano de obra calificada. Frente a esta situación, en los últimos años, hemos sido testigos de un aumento considerable de la oferta de carreras profesionales, especialmente en el rubro de la ingeniería de minas y carreras afines: ingeniería en minería, ingeniería industrial en minas, con diploma en ingeniería de minería, etc. Es así que, hoy en día, alrededor de veinticinco instituciones de educación superior chilenas ofrecen esta especialidad (fuente: http://www.estudiamineria.cl), cuando eran menos de una decena hace cinco años. Como resultado, la cantidad de estudiantes en ingeniería de minas ha crecido bruscamente en un orden de magnitud: desde cerca de 100 estudiantes que se titulaban anualmente, pasaremos a más de 1.000 por año, atraídos por la promesa de una profesión rentable en un sector dinámico y altamente tecnológico, y por las proyecciones de una demanda creciente de trabajadores, cifrada en decenas de miles al horizonte 2020, según organismos como el Consejo Minero o la Comisión Chilena del Cobre.
Consecuencias
Examinemos ahora las consecuencias que tendrá este boom académico. Por el lado de la oferta, preocupa la calidad de la formación de los ingenieros de minas que saldrán al mercado chileno y la falta de regulación académica o profesional. En efecto, conjuntamente con aceptar estudiantes con bajos puntajes PSU, muchas de las instituciones de educación superior que han abierto recientemente la carrera de ingeniería de minas no poseen laboratorios adecuados para complementar el aprendizaje en el aula y, peor aún, ni siquiera cuentan con una planta académica estable y especializada, con estudios de posgrado en minería o en su defecto con título profesional de ingeniero de minas, lo que deja entrever problemas de empleabilidad de sus futuros egresados.
Por el lado de la demanda, es preciso analizar con mayor detalle las necesidades de la industria minera en materia de mano de obra calificada. Según el informe "Fuerza laboral en la gran minería chilena, diagnóstico y recomendaciones 2011-2020", elaborado en noviembre 2011 por la Fundación Chile en colaboración con empresas socias del Consejo Minero, la mayor demanda de profesionales (alrededor de 40.000 personas) se concentra en las categorías de técnicos de operación y de mantención de equipos, mientras que se requerirá apenas 1.200 nuevos ingenieros de minas en este periodo, muchísimo menos de lo que estará ofreciendo el sistema universitario chileno. Estas proyecciones de demanda podrían incluso reducirse, dada la incertidumbre en el crecimiento que experimentará la industria minera en el mediano plazo. Es así como, desde hace unos dos años, se está vislumbrando una desaceleración de las inversiones, con la paralización o postergación de proyectos mineros, por la baja observada en el precio del cobre y otros commodities, los altos costos energéticos, la escasez de agua o las restricciones medioambientales.
Con este fuerte aumento de la oferta de ingenieros de minas y una demanda estable o con crecimiento moderado, el panorama no es alentador. De una situación de estrechez de la oferta de profesionales calificados pasaremos de aquí al 2020 a una situación de sobresaturación, insospechada hasta hace poco. En este contexto, es de esperar que muchos de los nuevos ingenieros no puedan ejercer su profesión o desarrollarán labores de técnicos, más aún si su formación en ingeniería es deficiente. Por su lado, los egresados de las instituciones de mayor prestigio y tradición seguirán apetecidos por la industria minera, pero verán sus remuneraciones disminuir debido a la mayor competencia o bien tendrán que emigrar a otros países. Así, además de exportar materias primas, quizás Chile deba también exportar a sus ingenieros de minas.
Para enfrentar los desafíos del sector, bajar los costos y asegurar su sustentabilidad, se requiere ingenieros con una visión integral de la cadena de valor del negocio minero y con sólidas competencias técnicas y de gestión. En síntesis, para que la industria minera siga progresando, la solución en la oferta académica en ingeniería de minas es la calidad, no la cantidad.
