El 23 de septiembre se llevó a cabo, en la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas (FCFM) de la Universidad de Chile, el cuarto foro sobre reformas a la educación superior: “Propuestas para el financiamiento de la educación superior”. La actividad, realizada en el auditorio Enrique d´Etigny, contó con las exposiciones de Ennio Vivaldi, rector de la Universidad de Chile, Carlos Peña, rector de la Universidad Diego Portales, y Ronald Fischer, académico del Departamento de Ingeniería Industrial. Además, durante el encuentro los asistentes escucharon las palabras enviadas por Mario Waissbluth, Presidente de la Fundación Educación 2020 y académico del Departamento de Ingeniería Industrial, quien no pudo asistir por razones de fuerza mayor. El debate fue organizado por la Comisión Triestamental de Foros de la Reforma de Educación Superior e impulsado por el decano de la FCFM, Patricio Aceituno, quien además, en esta oportunidad, estuvo a cargo de moderar la conversación. En sus palabras de bienvenida, el Prof. Aceituno destacó la importancia de discutir temas de contingencia al interior de la comunidad beauchefiana. Durante su presentación el rector de la Universidad de Chile felicitó al Decano, a las autoridades y a la comunidad de la FCFM porque “es notable que en esta Facultad, además de tener una excelencia académica, exista un ferviente interés por los temas políticos y una constante preocupación por generar debates e ideas. Eso es lo que querríamos para toda la Universidad de Chile”. Con respecto al financiamiento del sistema universitario, el rector Vivaldi subrayó que “ni siquiera deberíamos conformarnos con que duplicaran o triplicaran el presupuesto de cada universidad estatal. Eso no es suficiente. Tenemos que volver a tener un pensamiento de desarrollo país hecho por gente comprometida. Eso tiene que hacerse armónicamente en un sistema. No puede ser que las universidades compitan”. También, indicó que el modelo de autofinanciamiento ha instalado las dinámicas de mercado en los planteles de la educación superior, en vez de llevar los valores de la universidad a la sociedad.
En esta misma línea el rector de la Universidad Diego Portales señaló que “a un sistema de financiamiento le corresponde satisfacer un criterio de justicia y bienestar social. De esta manera, uno de gratuidad universal no resulta eficiente dada las condiciones actuales. Entonces ¿qué alternativas existen? Deberíamos tender a un sistema de gratuidad para los cinco o seis primeros deciles, o sea, que el 60% más pobre sea financiado con cargo a rentas generales, porque esos sectores sociales son los más desventajados históricamente y excluidos del sistema de educación superior. En tanto que para los cuatro deciles superiores podríamos pensar en un sistema de financiamiento mixto: que parte del financiamiento se efectúe con cargo a rentas generales y parte con rentas actuales o futuras de los propios estudiantes. No tengo ninguna duda de que ese sistema sería mejor que el que tenemos hoy en el pregrado”.
Considerando las experiencias internacionales, el Prof. Ronald Fischer, señaló que la educación no es gratuita en varios países del mundo como en el Reino Unido, Portugal, Italia, Canadá, Estados Unidos, entre otros, y que desde su punto de vista, en Chile, deberíamos contar con un sistema en que las universidades “traten de atraer a los mejores estudiantes y académicos” y en el que exista un “ingreso de acuerdo al mérito”.
También, el académico del Departamento de Ingeniería Industrial fue enfático en recalcar que debe existir una equidad horizontal y vertical en la educación universitaria, es decir: “un estudiante universitario de altos ingresos ahora, tiene como pagar y un estudiante de bajos ingresos ahora, podrá pagar en el futuro”, de manera que la educación universitaria gratuita significa menos recursos para quienes tienen menores ingresos. Esos recursos, de acuerdo a lo que acentuó el experto, “mejorarían la educación pre-básica, básica y secundaria, reduciendo las diferencias de oportunidades”.
A través de su carta, el Prof. Mario Waissbluth, advirtió que “los mecanismos de financiamiento deberán ser una sesuda combinación de financiamiento a la oferta, a la demanda, fondos concursables y financiamientos basales, pero previamente hay que definir la política de Estado de lo que corresponde o no apoyar e incentivar, y en qué medida. Las soluciones triviales o simplonas no servirán, menos aún los parches curita adoptados por la urgencia de mandar señales políticas a la calle”.
Por su parte, el rector de la Casa de Bello recalcó que “el gran desafío es convocar a todos a entrar a un debate donde definamos cómo debe ser el sistema universitario y su financiamiento y cómo debemos rescatar un sistema de universidades estatales en Chile, en el cual nosotros tenemos, como Universidad de Chile, el motivo del pasado, del presente y del futuro, que es, una responsabilidad que nos debería llenar de orgullo y de alegría”.
Diferencias entre universidades públicas y privadas
El rector de la Universidad de Chile indicó que “cuando se dice que hay universidades privadas y públicas y universidades buenas y malas, esos dos ejes tienen que siempre tener un cuadrante vacío, ya que no pueden haber universidades estatales que no sean de óptima calidad, porque eso sería un engaño que el Estado le está haciendo a su propia gente, a sus jóvenes. No pueden existir universidades que no estén comprometidas con la investigación que se requiera para el país. Las universidades no pueden constituir la diferencia entre los bienes públicos y bienes privados porque ellas desarrollan áreas que nos interesan a todos”.
Adicionalmente, Carlos Peña advirtió que sí debe haber un trato diferente para las universidades estatales porque ellas tienen la obligación de cultivar valores y virtudes que le interesan a la comunidad. Por su parte, las universidades privadas, si bien infunden valores, ellas no tienen el compromiso de hacerlo, “por eso debemos dar financiamiento especial a las universidades estatales, si no vamos a terminar llenando el sistema de educación superior chilena de proyectos privados que van a acabar desmedrando importantes bienes públicos. Una sociedad democrática y abierta necesita todas las opciones, pero al mismo tiempo están forzados a garantizar que ciertos valores de la vida democrática se cultiven en la máxima excelencia posible y esta última tarea es deber de las universidades estatales. Así, es imprescindible que ellas reciban financiamiento diferente”, recalcó la autoridad de la Universidad Diego Portales.
Con respecto a las universidades privadas, Peña agregó que las creadas antes de 1981 “han dado muestra elocuente de una marcada orientación pública, por lo que no se debería discutir su financiamiento basal” y para las fundadas después de 1981 tendrían que establecerse criterios “para que ellas puedan acceder a fondos particulares de financiamiento”.
Versión completa del 4º Foro sobre Financiamiento de la Educación Superior.
