El análisis sobre la realidad que viven las universidades estatales en Chile y en el resto del mundo fue el tópico que se desarrolló entre los panelistas de este segundo encuentro de intercambio y reflexión, que convocó a la comunidad universitaria, presencialmente en el auditorio Enrique d’Etigny y a través de internet, con una la transmisión por straeming.
El decano de la FCFM, Patricio Aceituno, introdujo el foro con una puesta en escena del impacto en la formación de profesionales de las instituciones estatales comparado con el sector privado, cuya cobertura ha superado con creces a los organismos públicos, colocando el acento en la distribución que hace el Estado chileno en su aporte de recursos tanto a instituciones públicas como privadas, remarcando que 16 de las universidades privadas beneficiadas con aportes no están acreditadas.
Chile, único país con universidades estatales tan caras
El vicedecano de la Facultad de Ciencias Sociales (Facso), Raúl Atria, se manifestó “decepcionado con la Reforma a la Educación Superior. El escenario no es favorable para las universidades estatales”. El académico llamó a defender la institucionalidad, dando cuenta de realidades comparadas de Europa, donde las universidades estatales son un fuerte componente de sus proyectos de país, y en algunas naciones son gratuitas. También mencionó el escenario de América Latina, donde -explicó- se expresa una realidad cargada a privilegiar la educación pública, siendo menor el sector privado.
“Chile es el único país que tiene universidades estatales con aranceles de más de tres mil dólares, por lo tanto, podríamos concluir que no tenemos universidades estatales (…) la gratuidad tendría que comenzar por estas instituciones”, expresó Atria precisando que deberían contar con un financiamiento basal, y desde ahí ofrecer gratuidad.
La autoridad académica de Facso repasó el fenómeno de cómo en Chile el concepto de público se instaló en la lógica de las instituciones privadas, para hacerse parte de la distribución de recursos del Estado.
Internacionalización de las universidades
Por su parte, el ex Rector de la Universidad de Chile, Luis Riveros, sostuvo que la razón de ser de las universidades estatales “es para cumplir con objetivos nacionales y públicos. Esa es la esencia de estas universidades en todo el mundo” y mencionó algunos ejemplos donde las instituciones del Estado tienen una posición prominente en el desarrollo de políticas públicas, como ocurre en Estados Unidos, Japón y Corea. “En Estados Unidos, por ejemplo, las universidades estatales están presentes en el ranking Shanghai y cumplen con normar la excelencia del sistema con altos estándares de calidad”.
Según el Prof. Riveros, Chile carece de un Plan de Desarrollo Estratégico para las universidades estatales. “Falta una visión proyectiva. Por el contrario, hay un gobierno que nos pone límites en las posibilidades de crecer”, opinó junto con precisar que la Universidad de Chile sí cuenta con un plan estratégico creado con la participación de la comunidad interna.
También coincidió en la importancia de invertir en la internacionalización, comentando que los mayores esfuerzos del sistema son para promover intercambio de estudiantes y pasantías de académicos, pero que lo más importante es la generación de convenios de colaboración investigativa y de los programas de postgrado. En este sentido, el ex Rector destacó el trabajo construido en la FCFM y la Facultad de Derecho como dos unidades muy activas en esta línea. También advirtió que en Chile, especialmente en el sector político, no se comprende la importancia de dar el paso cualitativo a la internacionalización, ya que no se relaciona al desarrollo del país y, por tanto, no requiere inversión.
Déficit de diálogo
Asimismo, la presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, Camila Rojas, se refirió particularmente en la discusión por recibir aportes del Estado. “En los últimos años, se ha dado una discusión bastante particular donde muchas instituciones privadas dicen gozar del carácter público. Priman los intereses corporativos y se genera una pelea importante por el financiamiento, arrebatando el concepto de lo público”, señaló.
Analizó también los cambios que genera la ley de reforma a la Educación Superior y la gratuidad, indicando perjuicios que estaría generando el proyecto tal como fue planteado: decrecimiento de la matrícula y déficit presupuestario.
Respecto de la importancia de las movilizaciones para colocar en la agenda pública materias de interés nacional, Camila estuvo de acuerdo en que éstas, sumadas a las protestas, deben ir siempre acompañadas con propuestas y objetivos claros, detallando los focos con que partieron estas expresiones de cambio y cómo han tomado otros ribetes. Sin embargo, sentenció que “hay un déficit de diálogo. El Ministerio de Educación no escucha y en esta dinámica, el escenario de las movilizaciones cobra importancia”.