Investigadores de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la U. de Chile desarrollaron una investigación para registrar y analizar indicadores psicofisiológicos y emociones de los usuarios de transporte público en Santiago. El estudio recopiló y sistematizó información de un experimento con 44 estudiantes universitarios, quienes realizaron un viaje en transporte público de 2,5 horas al centro de Santiago. La experiencia del trayecto fue obtenida con la pulsera ‘Biomonitor’, dispositivo con sensores de alta precisión para el registro de indicadores psicofisiológicos y señales ambientales. Además, los pasajeros declararon las emociones que les causaba el trayecto a través de una aplicación de celular desarrollada de forma específica para el contexto de transporte.
El trabajo, financiado por Fondecyt, fue desarrollado por Ángelo Guevara y Ángel Jiménez, académicos del Departamento de Ingeniería Civil de la FCFM e investigadores del Instituto Sistemas Complejos de Ingeniería (ISCI), junto al estudiante Carlos Barría y el ingeniero Hernán Lira, de la misma unidad académica.
Entre los resultados, el estudio concluyó que los tramos realizados en bus eléctrico de alto estándar -que cuenta con aire acondicionado- gatillan, mayoritariamente, emociones positivas, salvo en puntos específicos, como los lugares de transbordo. En cambio, el uso de buses convencionales -diésel, antiguos y sin aire acondicionado- produce el efecto contrario en los usuarios, asociándose a una mayor frecuencia de emociones negativas. Los análisis muestran además que los efectos negativos se exacerban ante factores como el hacinamiento, viajar de pie y condiciones de alta congestión.
De acuerdo a Ángelo Guevara, “la pulsera ‘Biomonitor’, junto el visualizador, permitieron inferir, de manera granular, ecológica y no-falsificable la calidad del servicio del transporte público en distintos puntos como zonas, recorridos, tramos y transbordos. Esto permite apoyar la toma de decisiones de diseño del sistema de transporte público por parte de las autoridades competentes”, señala.
El dispositivo y las metodologías desarrolladas para este estudio permitieron georreferenciar con alta granularidad señales del pulso cardíaco, actividad electrodermal de la piel, temperatura de la piel y movimientos de la mano. Lo anterior, permitió analizar la respuesta de los usuarios a una serie de eventos de transporte tales como caminatas, esperas, viajes de pie o sentado, transbordos, entre otros.
Los autores esperan además que con este estudio “las autoridades puedan perfeccionar las políticas públicas, mejorando los índices de satisfacción del transporte público para que los usuarios que ya utilizan estos servicios se sientan más satisfechos, y, a su vez, incentivar su uso con el objetivo de descongestionar la ciudad”.
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