Küla-Kura es un humedal urbano ubicado en la comuna de Quilicura, al norte de la Región Metropolitana. En este ecosistema – de transición entre los ambientes terrestres y los acuáticos profundos– habitan múltiples especies de aves y mamíferos, y se desarrollan actividades tradicionales gracias a sus servicios ecosistémicos, como el uso de la totora para la confección de muebles y otros productos. Sin embargo, está amenazado por la expansión inmobiliaria, el cordón industrial que lo rodea y el uso del recurso hídrico, entre otros.
Reconectar este ecosistema –degradado y separado por vertederos– desde lo social y ecológico, es el objetivo de un grupo de estudiantes de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticass, que encabezados por el estudiante de segundo año de Plan Común Rui Wang, son parte del proyecto "Reconectando Küla-Kura", financiado por un Fondo Valentín Letelier de la U. de Chile. Con ello buscan darle un significado e importancia al territorio y su humedal al interior de la comunidad local.
Como parte de ese objetivo, el pasado sábado 12 de noviembre el equipo realizó una jornada de escuela ecológica para estudiantes y vecinos/as de la comuna de Quilicura en la que participaron más de un centenar de personas, de las que alrededor de la mitad fueron estudiantes de entre 2° básico y 3° medio.
"Como equipo creemos que la mejor manera de cumplir el objetivo social del proyecto es llegando a las nuevas generaciones y que, de esta manera, esas ganas de cuidar y proteger el territorio se transmitan a los adultos y el resto de la sociedad”, indica Consuelo Laurie, encargada del subproyecto "Escuela Ecológica", que responde a los objetivos sociales del proyecto.
La jornada contempló un tour de bioindicadores, pintura de piedras que conforman el centro ceremonial "Chakana", una muestra del dispositivo “Keeper”, en conjunto con muestras de pH y la enseñanza de artesanía en totora, a cargo de Elisa Muñoz.
“Pudimos ver en todos los grupos que pasaron por nuestra estación caras de felicidad y de intriga, sobre todo en las niñas y niños más pequeños, que se sorprendían cuando el Keeper, que es un dispositivo que mide variables de agua tales como el pH, temperatura y sólidos disueltos, se movía y prendía sus luces y su monitor que indica temperatura. Pero creo que la sorpresa más grande nos la llevamos nosotros cuando una niña se nos acercó a hablar acerca de su interés por la programación y por los dispositivos Arduino, que son los que usamos para programar el dispositivo. Sentimos en ese momento que expandimos su curiosidad y su motivación, lo que fue algo muy valioso y bonito”, cuenta Makarena Torres, integrante del subproyecto Keeper.
Pía Provoste, integrante del subproyecto "Bioindicadores", agrega que fue una jornada donde la gente logró ver muchas especies. "Hay días en donde uno va al humedal y no logra observar coipos, patos y pájaros como el trile. Esta vez fue todo lo contrario. Las personas pudieron ver a una familia de coipos y de patos, en conjunto con una gran cantidad de pájaros durante el tour. Siento que la gente, gracias a esto, se hizo una imagen mucho más clara del significado de los bioindicadores, que es información, en forma de ausencia o abundancia de flora y fauna, de distinta índole que entrega una imagen acerca del estado de un ecosistema”, sostiene.