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Columna de opinión

ITL, una muy buena noticia para Chile

ITL, una muy buena noticia para Chile

Los chilenos hemos recibido una muy buena y esperada noticia, porque el Instituto Chileno de Tecnologías Limpias (ITL) será efectivamente chileno. La noticia fue comunicada por Corfo hace algunos días, indicando que el Consejo de esa Corporación resolvió seleccionar la propuesta del consorcio ASDIT, liderada por 11 universidades de nuestro país, institutos tecnológicos y empresas nacionales y extranjeras.

Esperábamos esta información porque, de acuerdo con el dictamen de la Corte Suprema del 4 de julio de 2022, Corfo debía revertir la adjudicación previa que recaía en un consorcio liderado por una organización extranjera. También la esperábamos porque la evaluación que realizó el panel de expertos internacionales sobre las propuestas recibidas, indicaba que la propuesta de ASDIT era la mejor, por lo que tenía el mejor puntaje, pero este antecedente esencial fue desconocido por el Consejo de Corfo en su momento, asignando el ITL a la segunda mejor propuesta.

Este hecho produjo gran decepción en las comunidades universitarias, ya que mostraba, sin lugar a dudas, que el país no confiaba en sus propias capacidades, aún en el caso extremo de haberse sometido a una evaluación internacional.

Esta reciente muy buena noticia conlleva un gran mensaje: llegó la hora de confiar en el desarrollo de “tecnología hecha in Chile”. Hoy el país ha confiado el desafío de desarrollar las tecnologías limpias del futuro a sus universidades, a sus profesionales y a sus instituciones. Así, como antes lo hizo para extraer minerales creando Codelco, ahora lo hace para el desarrollo de tecnología avanzada.

Este es un hecho de enorme importancia, ya que constituye un gran paso en la construcción de una sociedad madura que supera la dependencia intelectual al aceptar los desafíos del desarrollo tecnológico. Además, lo hace en un ámbito de doble connotación. Por una parte, se trata de un desafío donde el país tiene evidentes y reconocidas ventajas naturales dado sus ricos minerales y disponibilidad de fuentes de energías renovables únicas. Sobre esto no hay dudas, los países desarrollados han mostrado gran interés por tener participación en el desarrollo de estas ventajas. Por otra parte, se trata de tecnologías para el desarrollo sostenible, para superar la dependencia del petróleo, para buscar una oportunidad para la humanidad en medio de una crisis medioambiental. Es decir, Chile decide ser un actor principal en las grandes ligas de las tecnologías en energías renovables y limpias, creando un instituto a la escala necesaria para jugar ese rol y asumiendo ese desafío con sus propias capacidades.

Nada de lo anterior pretende fomentar una actitud chovinista, es decir, una exaltación desmesurada de lo nacional frente a lo extranjero, sino resaltar que debemos confiar en nuestras capacidades, abandonar de una vez la actitud tímida, sumisa, temerosa, extranjerizante. Si las autoridades, instituciones y colegas no confiamos en nuestra gente, me pregunto quién se atrevería a hacerlo. Así lo han entendido las autoridades, por lo que la nueva asignación del ITL constituye una excelente noticia y oportunidad para Chile y su gente.

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