El Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin) considera al Chaitén como uno de los volcanes más peligrosos del país. Este mes se cumplieron 15 años de su erupción, cuando el 1 de mayo de 2008, a las 23:38h, se desató el evento volcánico que traería importantes consecuencias para la seguridad de la población y para la comunidad científica.
Su ceniza volcánica alcanzó una altura entre los 12 y 20 kilómetros y llegó hasta lugares tan alejados como Buenos Aires, Argentina. Las localidades de Chaitén, Palena y Futaleufú, ubicadas a pocos kilómetros de distancia del cráter, tuvieron que ser evacuadas totalmente.
Aunque siempre se le consideró un volcán activo, su quietud durante los últimos dos siglos motivó, primero, el poblamiento de sus inmediaciones y a ignorar, después, el monitoreo constante del macizo. "Recién con la erupción se reforzó la red de monitoreo a nivel nacional y comenzó a aumentar el interés por el estudio de este volcán y de todos los volcanes de Chile", dice Francisco Delgado, investigador del departamento de Geología de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas (FCFM) de la Universidad de Chile y doctor en ciencias geológicas por Cornell University.
Un volcán desconocido
Hasta 2008 el Chaitén era un volcán del cual se desconocía gran parte de los secretos de sus profundidades. Se sabía que estaba activo, pero no mucho más que eso. A partir de su erupión, sin embargo, la comunidad científica nacional e internacional comenzó a estudiarlo con mayor interés, siempre con la idea de dilucidar que pasó efectivamente con el volcán y comprender la secuencia de eventos que desencadenaron la erupción.
Actualmente, del Chaitén se sabe que el magma riolítico que eruptó el volcán puede ser mucho más fluido de lo que se pensaba para este tipo de composiciones químicas; que ascendió en unas pocas horas desde su nivel de almacenamiento en múltiples diques y sills a menos de 5 km de profundidad; y que un magma riolítico como este puede eruptar en fases explosivas y efusivas al mismo tiempo.
Sin embargo, todavía hay algunos elementos que siguen en la incógnita, tales como qué produjo la transición entre una columna eruptiva y la efusión de un domo; cómo se distribuye la sismicidad dentro del volcán y si esta refleja multiples niveles de almacenamiento de mush cristalino; cuánto demoró la generación de las condiciones necesarias para que una erupción ocurriera; y la pregunta esencial para los científicos: ¿Por qué hizo erupción?
"Al día de hoy, no podemos responder esa pregunta", señala el Francisco Delgado. Dado que no existen datos de las primeras horas de la erupción, es posible que, incluso, no se pueda responder esa pregunta.
En la búsqueda de respuestas
Con la idea de intentar encontrar respuestas, el académico centró su mirada hacia volcanes de subducción en el Cinturón de Fuego del Pacífico, una de las zonas sísmicas y volcánicas más activas del mundo.
Analizando treinta años de fuentes bibliográficas (principalmente del Global Volcanism Project del Smithsonian Institute) y complementando su trabajo con señales de deformación detectables por satélite (Interferometric Synthetic Aperture Radar, InSAR), el investigador ha podido elaborar "una compilación global sobre las señales precursoras de erupciones de gran tamaño", aquellas con índices de explosividad volcánica (Volcanic Explosivity Index, VEI) de 4 o equivalentemente, con columnas eruptivas sobre los 10 km de altura.
Para ello, ha analizado más de una veintena de volcanes ubicados en la cuenca del Océano Pacífico en lugares como Alaska, Rusia, Filipinas, Indonesia, Papúa Nueva Guinea, Chile y Ecuador, todos los cuales cuentan con mediciones de su comportamiento antes, durante y después de la erupción.
"Debido a que un volcán es un sistema determinístico que sigue las leyes de la física y la química, observaciones en otros volcanes de subducción podrían entregar luces sobre los mecanismos que gatillan grandes erupciones explosivas", explica Delgado.
Para ello se tienen que usar observaciones sistemáticas sobre toda la Tierra proporcionadas por la red de satélites que orbita nuestro planeta.
Hace algunos años, Francisco Delgado, en colaboración con investigadores de Estados Unidos y Reino Unido, realizó una compilación de observaciones satelitales de temperatura, deformación y emisiones de gases de 47 volcanes de Latinoamérica. "Entonces decidí extender este trabajo, y compilar todos los volcanes que habían tenido erupciones de la misma intensidad que Chaitén (con un VEI mayor a 4), y en donde tenemos observaciones de deformación desde 1991", complementa.
Ese año es significativo dado que corresponde al inicio de las misiones InSAR y al año en que ocurrieron algunas de las erupciones más grandes del siglo XX, como la del volcán Hudson (Chile) en agosto y Pinatubo (Filipinas) en junio.
Para su sorpresa, el investigador ha detectado que los volcanes a nivel global donde mejor se han observan este tipo de señales precursoras son los de este lado del mundo.
"Entonces los volcanes de la Zona Volcánica Sur de los Andes en nuestro país son efectivamente un laboratorio único a nivel mundial, cosa que la comunidad nacional prácticamente lo desconoce", finaliza el académico de la FCFM.
"El trabajo se encuentra en un estado inicial pero preliminarmente indica que a escala global todavía hay pocas observaciones sobre precursores a este tipo de erupciones". Nuevas misiones, como NISAR de la NASA e ISRO (Indian Space Research Organisation), a ser lanzadas a principios del 2024, permitirán tener observaciones de mayor resolución.
Volcanes estudiados
Esta es la lista de volcanes estudiados por el investigador Francisco Delgado:
- Hudson (Chile)
- Chaitén (Chile)
- Calbuco (Chile)
- Cordón Caulle (Chile)
- Lascar (Chile)
- Reventador (Ecuador)
- Soufrière de Saint-Vincent (San Vicente y las Granadinas)
- Spurr (Alaska)
- Okmok (Alaska)
- Kasatochi (Alaska)
- Shiveluch (Rusia)
- Raikoke (Rusia)
- Sarychev (Rusia)
- Fukutoku-Oka-no-Ba (Japón, submarino)
- Pinatubo (Filipinas)
- Taal (Filipinas)
- Sinabung (Indonesia)
- Merapi (Indonesia)
- Semeru (Indonesia)
- Kelud (Indonesia)