Deportista de alto rendimiento de salto triple, actualmente ubicado en el lugar 42 del ranking mundial de esta prueba –su marca es de 16,61 m–, Luis Reyes Parada, alumno de 5º año de la especialidad industrial, representará a nuestro país en los próximos Juegos Panamericanos Santiago 2023.
“Mi objetivo es lograr meterme en la final”, proyecta el deportista y futuro ingeniero a menos de un mes de que comience este evento deportivo que se realizará en nuestro país entre el 20 de octubre y el 5 de noviembre.
Interesado en fútbol y atletismo, un profesor de su colegio descubrió su potencial para el salto triple, prueba de atletismo que se engloba dentro de la categoría de saltos. No se equivocó. Luis dio sus primeros saltos entre tercero y cuarto medio, acompañados de su metro 90 de estatura y la larga extensión de sus piernas, y desde ahí no ha parado más.
Ya en la Escuela de Ingeniería de la U. de Chile, entre el primer y el segundo año, comenzaría un entrenamiento más formal de esta disciplina que hoy lo ubica como la segunda mejor marca de esta prueba en Chile.
-¿Qué te atrajo de esta prueba?
-Del atletismo, en general, me atrajo el hecho de depender de mí mismo. Los resultados deportivos radican en mí y nada más que mí. También mi ambición por querer representar a Chile. Desde chico ha sido mi sueño y en el atletismo vi una forma de poder lograrlo, ya que estaba en mis manos llegar lejos o no.
Entre saltos y ramos
Desde que Luis entró a Plan Común tenía claro que quería estudiar Ingeniería Civil Industrial. Por la cantidad de herramientas que entrega, cuenta, así como por la amplitud de campos de desarrollo que existen en una empresa u organización.
“Además, vi que esta especialidad es más cercana y atingente al atletismo que es como el 80% de mi vida. Desde ella puedo aportar al deporte con herramientas que me entrega la carrera apoyando en la gestión de organizaciones o de empresas deportivas”, explica.
-¿Cómo compatibilizas los estudios con el deporte?
-Creo que nunca es fácil, pero si uno se organiza bien, se puede.
Como no le gusta hacer las cosas a medias, hace un tiempo decidió tomar menos cargas académicas por semestre; entre tres y cuatro ramos.
“Decidí tirarme de la piscina, a costa de atrasarme entre un año y un año y medio en sacar la carrera”, calcula.
Una fórmula que le permite potenciar estos dos ámbitos de su vida que reparte entre sus entrenamientos en el Estadio Nacional (en dos bloques, generalmente entre 8:00 y 12:00 y luego entre 16:30 y 20:00 horas) y las clases en Beauchef (entre 12:30 y 16:00 horas).
Mirada largoplacista
Luego de conseguir el lugar 27 en el Mundial de Atletismo desarrollado en agosto en Budapest, la aspiración de Luis es meterse en la final de los Juegos Panamericanos.
“Quiero estar dentro de los ocho mejores. Saltar cerca de mi mejor marca o incluso lograr mi mejor marca”, proyecta.
Entre sus objetivos para los años que vienen, en tanto, están los Juegos Olímpicos de París (2024), el Mundial de Atletismo en Tokio, Japón (2025) y los Juegos Olímpicos de Los Ángeles, Estados Unidos (2028).
“En el atletismo tengo una mirada bien largoplacista de mí mismo. En términos industriales, me proyecto por mucho tiempo más en el rubro”, comparte.
-¿Y en los estudios? ¿Cómo te proyectas?
-Avanzando al ritmo que lo he estado haciendo. De a poco, en la medida que la situación lo permita. Integrando bien lo aprendido y, a la vez, descubrir de qué forma puedo traspasar los conocimientos y las herramientas que la carrera me entrega al atletismo para así aportar a nuestro deporte.
