El viaje del emprendedor nunca ha sido fácil. Se parte con una idea y en el camino puede haber tantas iteraciones como sea necesario para pulir, transformar, mejorar y proyectar la iniciativa. Un proceso al que se suman desafíos propios del siglo XXI, como lo es la sustentabilidad que, producto del cambio climático y una matriz de desarrollo sostenida en la explotación de los recursos naturales, cada día cobra más fuerza para asegurar una convivencia más armónica con el medioambiente.
Este concepto ha sufrido modificaciones con el paso del tiempo, transformaciones y ajustes similares a lo que les toca vivir a las y los emprendedores. Hoy, la sustentabilidad es definida por la RAE como “algo que se puede sustentar por sí mismo” y convive con la sostenibilidad para mantener sistemas y procesos sin degradarse en el largo plazo.
Establecer la sustentabilidad como un pilar estratégico de un emprendimiento puede ser el inicio de un trabajo que establezca límites sanos a la huella del ser humano en el planeta y que promueva el cuidado de la tierra y de las comunidades.
Al alero de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile han surgido iniciativas en esta línea, como es el caso de Photio, Descycling y Reutilizatex.
Tecnología para capturar gases contaminantes
El equipo beauchefiano conformado por Matías Moya, ingeniero civil de minas y magíster en Metalurgia Extractiva; Constanza Escobar, ingeniera civil química; y Jaime Rovegno, ingeniero civil de minas, lidera Photio, un emprendimiento de base científica y tecnológica que ha ganado una serie de reconocimientos por su propuesta de valor: una nanotecnología que, aplicada a diferentes materiales y superficies, puede purificar el aire de gases como el óxido de nitrógeno, óxido de carbono, óxidos de azufre y compuestos orgánicos volátiles.
¿Cómo lo hacen? Basándose en el modelo de fotosíntesis de las plantas y los árboles que, para alimentarse, consumen carbono de la atmósfera, para posteriormente liberar oxígeno.
Escoger el camino de la sustentabilidad fue una decisión que tomaron como equipo, porque lo que los moviliza es generar un impacto real en la sociedad y, principalmente, en la vida de las personas.
“Con esa premisa iniciamos todo esto y es lo que nos mueve día a día al momento de crear nuevas aplicaciones y de generar un producto que sea mejor en términos del impacto medioambiental y social”, indica Matías Moya.
Tras un reciente paso por Francia –luego de ganar el Trophée Startup 2022–, el equipo espera llevar su producto a Europa, como parte de un proceso de internacionalización que les permita ingresar a nuevos mercados.
Revalorizar el desecho
Emprender en sostenibilidad es una oportunidad que puede ser abordada desde diferentes aristas, como es el caso de Catherine y Constanza Vargas, quienes fundaron Descycling, un emprendimiento, al alero de OpenBeauchef, que transforma residuos de plástico, caucho y vidrio en nuevos materiales y productos, como baldosas, maceteros y elementos decorativos con mayor resistencia y durabilidad. Hoy, como profesionales formadas en la Casa de Bello buscan contribuir con un “granito de arena” en esta causa, que cada día encuentra más adeptos dispuestos a transformar sus prácticas y consumo.
Su trabajo es el resultado del espíritu emprendedor, pasión e interés por el cuidado ambiental de Catherine (CEO) y Constanza (COO), líderes del proyecto, que, inspiradas por el legado de su abuelo, se esfuerzan por hacer realidad su sueño de poder incorporar productos fabricados a partir de residuos en espacios públicos del país.
“Bajo esta línea, como equipo, nos unimos para innovar en el mercado del diseño sostenible, utilizando materiales reciclados en nuestros productos, permitiéndonos nuestro enfoque innovador el poder transformar gránulos de caucho, vidrio molido y hojuelas de plástico en productos impresionantes para el hogar. Siempre bajo la línea de que la mal llamada ‘basura’ puede convertirse en objetos únicos para decorar los espacios con sentido”, explican.
Una iniciativa que no es azarosa, porque Chile ocupa el puesto número 11 en el ranking The Plastic Waste Makers Index, elaborado por la asociación australiana Minderoo Foundation, que reveló que cada habitante del país produce 51 kilos de desechos plásticos por año.
No más ropa en el desierto
El 2021 el desierto de Atacama, el más árido del mundo, recibió 156 mil toneladas de ropa usada. Una zona turística por excelencia, conocida históricamente por el fenómeno del desierto florido, pasó a convertirse en un vertedero ilegal cuyas fotos han recorrido el mundo, generando impacto y preocupación.
¿Qué hacer ante este tipo de situaciones? Reutilizatex, un emprendimiento formado por un grupo de estudiantes de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile, vio en el desecho textil una oportunidad para crear nuevos materiales aislantes (térmicos y acústicos) para la construcción.
Carolina Soto y Ricardo Molina revelan que su elección por levantar una iniciativa vinculada al mundo de la sustentabilidad se basa en los saberes administrados por el equipo. “Con nuestro conocimiento, podemos mejorar la situación actual del planeta y dejar un legado positivo a las generaciones venideras. Nuestra motivación, tanto personal como profesional, radica en utilizar la innovación como herramienta para abordar los desafíos ambientales de manera consciente y eficiente”, detalla Soto.
Un viaje como emprendedores que, al igual que sus pares, no ha estado exento de desafíos que enfrentar y cuya superación los llena de satisfacción como equipo y también de nuevos conocimientos luego de tener la oportunidad de cursar un programa de incubación en Suiza asociado a la Universidad de St. Gallen, experiencia que describieron como transformadora.
Este equipo ve sus próximos desafíos como un camino lleno de oportunidades, que les permitirán definir estrategias sólidas en ámbitos cruciales para manufacturar en diferentes rincones del país y expandir sus posibilidades a nivel internacional.
“Además, nos enfrentamos al reto de escalar nuestra operación y consolidar nuestro impacto en la industria textil, fomentando la reutilización y promoviendo la economía circular”, indica Carolina Soto.
Sin duda, estos emprendimientos son una muestra del cambio de paradigma que se está viviendo en Chile y el mundo, que exhorta a transitar hacia una economía circular y al cuidado del medioambiente. Una tarea para la que el país se ha ido preparando con nuevos marcos normativos y regulaciones que orientarán este propósito.