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Sergio Celis

Entrevista

Prof. Sergio Celis: “Mientras más presencia tengamos como facultad en el Senado, más virtuosa será nuestra relación con el resto de la Universidad”

Prof. Sergio Celis, nuevo vicepresidente del Senado Universitario

Con el fin de liderar y asegurar el cumplimiento y buen funcionamiento del Senado Universitario, el pasado 5 de septiembre fue elegida su mesa directiva y sus colaboradores/as, instancia en la que el profesor de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas (FCFM), Sergio Celis, fue elegido vicepresidente. “En la práctica, la vicepresidencia dirige el día a día del Senado, desde la definición de la agenda de trabajo hasta la conducción de la secretaría técnica, conformada por los equipos de profesionales que apoyan el funcionamiento del Senado”, señala. Él, junto a la rectora y el secretario, son quienes encabezan la labor de este organismo institucional.

Esta es la primera vez que un académico de la FCFM asume este rol, anteriormente el Prof. Willy Kracht había obtenido el cargo de secretario de la mesa. Asimismo, el estudiante de la Facultad, Camilo Llanquimán, asumió como colaborador estudiantil.

El Prof. Sergio Celis es ingeniero civil industrial de la Universidad de Chile y doctor en educación superior de la Universidad de Michigan es profesor asociado de la Escuela de Ingeniería y Ciencias de la FCFM, en donde su investigación está enfocada en la educación superior. Algunas de sus líneas de estudio se han centrado en la experiencia de los y las estudiantes en los primeros años de ingeniería y ciencias, la experiencia académica en los programas de postgrado, el trabajo académico y políticas de investigación.

- ¿Cómo ves el rol de la FCFM dentro del Senado Universitario y en qué aspectos puede aportar en su quehacer?

La FCFM es una facultad gravitante para la Universidad, no solo por su tamaño, sino que también por la envergadura y calidad de su investigación, docencia, impacto en el medio y gestión. Mientras más presencia tengamos como facultad en el Senado, más virtuosa será nuestra relación con el resto de la Universidad. Por un lado, nuestra mirada empuja hacia una universidad más moderna, con mejor gestión, más innovación, vanguardia tecnológica y ambición en sus proyectos. Por otro, los senadores de la FCFM descubrimos una universidad con mucha riqueza y talento en todas las áreas del conocimiento, lo cual nutre una visión más integral de la ingeniería y las ciencias, y de la institución como un todo. El futuro de la FCFM está atado a cuán integralmente pueda crecer la Universidad y viceversa. Hoy somos cinco representantes de la FCFM, cuatro senadores y una senadora, tres académicos y dos estudiantes. Es un número que deberíamos mantener en el tiempo.  

- ¿Cuáles crees que han sido los principales avances que se han realizado en el Senado desde que lo integras?

El Senado está constantemente cuestionando el quehacer de la Universidad, proponiendo temas y definiendo políticas que impacten en el funcionamiento de la institución. Por ejemplo, esta cohorte de senadores y senadoras dijo con claridad que la Universidad debe avanzar hacia una Facultad de Educación en la Universidad de Chile. Me tocó presidir la comisión que elaboró propuestas para ese avance. Es palpable el crecimiento del campo de la educación en distintos rincones de la institución, pero nos falta una facultad que aglutine estos esfuerzos e influya en un sistema educacional que nos necesita. También esta cohorte aprobó una política de diversidades, disidencias sexuales y de género. Y ahora estamos trabajando en una serie de temas relevantes y diversos entre sí, tales como un política de patrimonio, la renovación académica, y en orientaciones para la para la participación, el diálogo y la convivencia universitaria.  

- ¿Cuáles son las principales propuestas que estás impulsando en la Comisión de Docencia e Investigación?

Esta es una de las comisiones permanentes del Senado y tiene la función de aprobar los nuevos programas académicos. Somos la última valla para la aprobación y, por lo general, realizamos importantes ajustes y sugerencias, pues miramos cada programa con respecto a la Universidad como un todo. En particular, cuando reviso las nuevas propuestas de programa me preocupa que sea una propuesta relevante para el país y el mundo, con altos estándares académicos y que tengan en mente criterios de equidad e inclusión y una mirada sustentable respecto a la Universidad. También en esta comisión estamos a cargo de generar orientaciones para la participación, el diálogo y la convivencia universitaria, pues como comisión llegamos al rápido consenso de que en la Universidad, transversalmente, tenemos un problema con conflictos que llegan con frecuencias a paros y tomas.   

- ¿Cuáles crees que son las aristas más desafiantes que debe abordar la Universidad en temas de docencia e investigación para seguir subiendo en los ranking nacionales y mundiales? 

El principal desafío es no desperfilar nuestra misión y nuestro quehacer por intentar subir algunos puntos en algún ranking. Los ranking son importantes, en especial como una señal de calidad en una educación superior más globalizada, pero no deben actuar como guía, pues eso termina desvirtuando y deformando lo que hacemos bien. En general, no hay mucho secreto, debemos procurar mantener altos estándares de calidad y productividad científica, otorgarle mayor centralidad a la docencia, y ser más estratégicos en nuestra vinculación con el medio, en especial a nivel internacional. Todo ello nos hará mantenernos alto en rankings internacionales. Ahora, si quisiéramos entrar en la arena de las mejores universidades del mundo, necesitamos también el apoyo del país, lo que debiese traducirse en más inversión en investigación y desarrollo y más ambición en los proyectos universitarios. 

- ¿En qué consistió el grupo de trabajo sobre Reformas a la Educación Superior en la que participaste y cuáles fueron sus principales lineamientos?

Este fue un grupo no permanente del Senado Universitario que tuvo por objetivo estudiar y revisar los efectos en la Universidad de Chile y el Sistema de Educación del país, respecto de las leyes N°s 21.091 y 21.094, ambas del 2018, sobre educación superior y universidades estatales. Esta comisión, la cual tuve el placer de presidir en sus últimos años, cerró su funcionamiento con un informe aprobado por el Senado en junio de este año. En ese informe decimos, entre otras cosas, que “las reformas y la política de gratuidad, le dieron sustentabilidad al sector privado emergente y mantuvieron el desbalance con un reducido sector público” (p. 9) o que existen “altas capacidades de investigación en universidades del Estado, pero de baja envergadura, poco financiamiento, y poca estrategia, desde lo público y lo privado” (p. 12). Los invito a leerlo aquí.

- ¿Cómo evalúas el actual escenario de la educación pública en nuestro país y cuáles crees que deben ser los cambios más urgentes que requiere?

Chile tiene, desde hace más de un siglo, un sistema de educación superior de provisión mixta, público y privado. Esta característica mixta es casi identitaria de nuestro sistema y desde mi punto de vista es una de sus fortalezas. El problema es que actualmente tenemos una educación superior pública muy disminuida, con cerca del 16% de toda la matrícula si consideramos universidades, institutos profesionales y centros de formación técnica. Esto no le permite al país tener un sistema público que actúe como columna vertebral y eje articulación de la formación y la investigación a lo largo del territorio nacional, y esto nos limita como país, a públicos y privados. Además, las reformas han acelerado los costos de control y de transparencia en las universidades estatales, y aunque el control y la transparencia son virtudes de este sector, el crecimiento de estos costos llega a niveles poco razonables, limitando nuestra acción.

Respecto a la educación pública escolar, creo que se han hecho esfuerzos y reformas importantes, pero sin los recursos y la voluntad política necesaria para su buena ejecución. Esto está trayendo consecuencias en varias dimensiones, las cuales tienden a perjudicar a los sectores más pobres del país. 

- ¿Qué rol debe tener la Universidad de Chile en estos cambios?

Por ahora, en cuanto al sistema educacional, nos queda colaborar entre sectores, y aquí la universidad pública tiene cuentas pendientes, debemos vincularnos más con el sector escolar. La FCFM dio un paso decidido en este sentido al crear la vía de admisión especial para estudiantes provenientes de liceos públicos del país. 

Respecto a la educación superior, le corresponde a la Universidad de Chile liderar reformas a las leyes que apunten a un fortalecimiento tangible de la educación superior pública, y trabajar para que, al menos, entre instituciones públicas exista una mirada de sistema nacional que privilegie la colaboración por sobre la competencia. En la situación actual, todas las universidades intentan ser complejas, compitiendo por matrículas y por proyectos de investigación en todas las áreas. Este modelo no es muy sustentable para el país, con más articulación y coherencia podríamos planificar proyectos más ambiciosos y cubrir mejor las necesidades nacionales y planetarias. 

-¿Cuáles son los desafíos que vienen para ti como vicepresidente del Senado Universitario?

En el Senado conviven diversas miradas de universidad, esa es una de sus fortalezas, pero también uno de sus principales desafíos. Como vicepresidente debo garantizar que el diálogo entre las diversas miradas sea fecundo y consiga lo mejor para la institución. Ese es mi principal desafío. Además, pretendo ser un buen apoyo a nuestra Secretaría Técnica, pues como en el resto de la universidad, los funcionarios y funcionarias son centrales para el buen funcionamiento de nuestras unidades. También, me interesa aportar en la modernización del Senado, por ejemplo, ahora estamos discutiendo una reforma al reglamento interno, esa es una oportunidad para que nuestro trabajo sea más eficiente y eficaz.  

- ¿Algo que quiera agregar?

Sí, invito a mis colegas de la FCFM que tengan al Senado en su radar y que se animen a ser parte de él cuando les llegue la oportunidad. Es cierto que es una actividad muy demandante de tiempo y que muchas veces pone a prueba nuestra paciencia producto de extendidas discusiones y procedimientos a los cuales no estamos acostumbrados. Sin embargo, es un lugar único para apreciar la amplitud y riqueza de nuestra universidad, para seguir aprendiendo de ella y, por cierto, que es un lugar de incidencia donde nuestra mirada puede lanzar o mejorar propuestas que van definiendo, colegiada y triestamentalmente, el futuro de la Universidad de Chile.   

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