La situación carcelaria en Chile está en crisis. Tanto la seguridad pública como los derechos humanos se están viendo seriamente afectados por la sobrepoblación de los recintos penitenciarios y para hacer frente a esto se necesitan nuevas herramientas, una mayor atención de las políticas públicas, y cambios urgentes en la forma de gestionar el sistema penitenciario y la reinserción social.
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En un esfuerzo por enfrentar esta crisis, Guillermo Sanhueza, académico de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile y director del proyecto Fondef, y Richard Weber, académico del Departamento de Ingeniería Industrial de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas e investigador del Instituto Sistemas Complejos de Ingeniería (ISCI), han desarrollado un innovador proyecto sobre gestión penitenciaria y reinserción.
Uno de los cambios urgentes en materia de reinserción es dotar a Gendarmería con un sistema más robusto de generación, análisis y visualización de datos relevantes para su gestión. Es así como utilizando una combinación metodológica de datos primarios y secundarios, los investigadores de este proyecto –cuya primera fase concluyó en enero de 2024– buscan transformar la gestión penitenciaria del país, mediante la creación de una plataforma integrada de datos cruciales para la vida carcelaria y la posterior reinserción de los internos, cuando recuperan su libertad.
“La plataforma desarrollada integra diversos datos previamente dispersos en planillas Excel, facilitando la toma de decisiones informadas. Los datos incluyen indicadores sobre la situación de los internos, el personal penitenciario y las condiciones en cada cárcel. Esta herramienta permite realizar tanto análisis complejos, como establecer la relación que existe entre eventos violentos y el ausentismo laboral del personal”, explica Richard Weber.
El académico añade que “este proyecto representa un avance significativo en la gestión penitenciaria y la reinserción en Chile. Al ofrecer datos precisos y herramientas analíticas avanzadas, se sientan las bases para una política pública más informada y efectiva, que podría transformar la realidad carcelaria y social del país”.
La plataforma ideada también incluye datos respecto a las localidades donde las personas encarceladas regresarán una vez que cumplan su condena, facilitando el diseño e implementación de programas de apoyo a la reinserción en los territorios locales.
En cuanto a la evaluación y recepción de la propia institución penitenciaria, Weber señala que “el proyecto ha sido bien recibido por Gendarmería de Chile, que ha valorado la integración y visualización de datos en una plataforma accesible. Se espera que esta herramienta permita abordar múltiples problemas de gestión y contribuir a una reforma penitenciaria efectiva”.
Implementación
¿Qué falta para implementar este proyecto? Como en muchos otros ámbitos, la solución está al alcance, pero falta el compromiso para dar el siguiente paso y –en este caso– el compromiso de instalar la plataforma en todo Chile.
Esta etapa promete una mejora significativa en la administración penitenciaria y en las oportunidades de reinserción de los internos, utilizando una plataforma web integrada para visualizar indicadores sobre la situación de los internos, el personal penitenciario y las condiciones de cada prisión.
Doble castigo
Algunos indicadores de la crisis carcelaria incluyen el rápido aumento de su población penal –pasando de 44.000 hace tres años a más 59.000 internos en la actualidad–, poniendo una enorme presión sobre un sistema que ya era frágil; la violencia carcelaria, que sigue siendo un problema significativo; la escasez de programas de reinserción y su limitada efectividad, y las precarias condiciones de vida dentro de muchas cárceles, las cuales son insalubres y están hacinadas.
A lo anterior, se suma que la mayoría de los reclusos provienen de contextos de pobreza y exclusión social, lo que refleja una punición de la pobreza más que del crimen per se. La desigualdad social y económica en Chile contribuye significativamente a la criminalidad y a la reincidencia delictual. Las personas encarceladas suelen regresar a los mismos barrios pobres y excluidos, perpetuando un ciclo de delincuencia y reincidencia.
“Como sociedad no podemos permanecer indiferentes a lo que ocurre dentro de las cárceles, pues quienes allí se encuentran, en algún momento retornarán al medio libre. Debemos generar ambientes carcelarios que propicien cambios en las trayectorias de las personas recluidas, acompañadas de políticas públicas y programas más coordinados y efectivos”, señala Sanhueza.
