El Día Internacional de la Mujer fue proclamado en 1910 en la II Conferencia Internacional de Muejres Socialistas reunida en Copenhaque, ocasión en que la demanda al sufragio universal para todas las mujeres fue tema central. La fecha exacta para estos actos fue cambiando con el tiempo y los objetivos fueron ampliándose: igualdad de derechos de la mujer, el acceso a cargos públicos, el derecho al trabajo, a la formación profesional y la no discriminación laboral.
Luego, en 1911, más de 140 mujeres trabajadores textiles murieron en un incendio en una fábrica en la ciudad de Nueva York, constituyéndose en un hito histórico a recordar por las mujeres que se reúnen cada año para consignar la lucha por igualdad de oportunidades.
La Universidad de Chile no ha estado ajena a esta apertura a la mujer y brindarle espacios para su desarrollo, con miras a una sociedad más justa y realizada. El 8 de marzo de 1946, ya Amanda Labarca advirtió: "Vivamos alertas y vigilantes para que perdure nuestra república y para que la paz nos dé alientos para continuar, hombres y mujeres unidos, modelando la frágil y promisoria arcilla de nuestra democracia". Una democracia que la comunidad beauchefiana también construye desde sus acciones para alimentar un orden social que tenga como límite los talentos y el pensamiento como marco de desarrollo humano.
Para la Premio Nacional de Ciencias Exactas, Directora del Centro de Excelencia en Astrofísica y Tecnologías Afines (CATA)y académica de la FCFM, prof. María Teresa Ruiz, “una sociedad donde los roles de hombres y mujeres no estuvieran tan predeterminados podría optimizar la contribución de cada uno de acuerdo a sus reales aptitudes. Esta sería una sociedad mas feliz y productiva”.
La profesora advierte que si bien la mujer trabajadora también es madre, “un rol que nos compete 100% mientras estamos embarazadas”, las mujeres no desarrollan sus potencialidades sólo desde esta condición y de las responsabilidades del hogar. “Desde el momento del nacimiento en adelante el rol es parental y hoy vemos una gran deficiencia en el ritmo con que los hombres han asumido su responsabilidad en ese importante rol, así como en el aporte que realizan al funcionamiento, en el día a día en el hogar. Todo esto es un problema que surge de los roles que la sociedad nos asigna a
hombres y mujeres, desde siempre. Las mujeres no tenemos que ser mejores para las labores domésticas o la crianza de los niños ni los hombres mejores para los negocios y las actividades de liderazgo, es sólo cuestión de las expectativas que la sociedad tiene de cada uno”.
La Directora del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia y académica del Departamento de Geofísica de la FCFM, Laura Gallardo, reflexiona sobre la evolución de los estigmas de roles que ha observado a lo largo de su vida.
"Estudié en la facultad durante los gloriosos 80'. Tiempos difíciles, pero también llenos de ganas y sueños de cambiar el mundo, de inventar, reinventar y de preguntarse por qué y para qué son la ciencia y la ingeniería.
Cuando entré a la escuela las mujeres éramos el 10% de los más de 800 mechones. Nos decían que íbamos a buscar marido. Entonces nuestra defensa fue mimetizarnos y demostrar que éramos tanto o más capaces.
Hoy las mujeres hacemos grandes aportes a la ingeniería y las ciencias duras. Constituimos una innovación sólo por el hecho de estar presentes en estos mundos y culturas tradicionalmente masculinos. Asimismo, los desafíos actuales requieren de ciencias e ingenierías más femeninas, ya que, según los y las neurocientíficos, las mujeres suelen tener un tipo de pensamiento contextual y multifocal, muy bueno para abordar sistemas complejos, característicos de los grandes desafíos de las ciencias y de la ingeniería, desde internet hasta el cambio climático. Y esto viene a complementar aquel tipo de pensamiento más focalizado y lineal que se estima es más típicamente masculino".
Por su parte, la presidenta de la Asociación de Funcionarios de Ingeniería, Lorena Saldivia, destaca que la existencia de grupos humanos más paritarios en género es un beneficio para toda institución, pues brinda oportunidades de desarrollo tanto a las mujeres como a la organización por las particularidades de talentos y características que entran en juego.
"Nos permite autonomía y posicionarnos hoy en una sociedad históricamente machista", opina respecto al lugar que ha ocupado la mujer en el devenir de la humanidad. "Las mujeres tenemos más sensibilidad, más tolerancia, más paciencia, retenemos mejor la información en nuestras cabezas que los hombres y eso nos potencia en cada labor o rol que asumimos ya sea en lo laboral y/o familiar”, añade frente al beneficio de potenciar las habilidades y desempeños de grupos humanos con el complemento femenino.
En un país donde la Presidenta de la República, la presidenta del Senado y alcaldesas de emblemáticas comunas capitalinas son mujeres, convirtiendo a Chile en caso de estudio a nivel mundial -especialmente proveniente de una región culturalmente machista como es Latinoamérica-, Lorena Saldivia sostiene que aún es necesario continuar abriendo espacios de igualdad de oportunidades.
“Aún nos falta camino por recorrer. Creo, donde se marcaría un gran avance seria en la igualdad de sueldos, ante la misma profesión, mismas funciones -en general- mismas capacidades, hombres y mujeres debiéramos ganar lo mismo.”, opina.
Otro elemento que la presidente de Asofing pone sobre la mesa para trazar cambios en la sociedad es el “respeto”.
“Siento que se ha perdido en todo tipo de situaciones. Dejó de ser una base en la sociedad. Si nos acordáramos del respeto, podríamos decir todo, escuchar, entender lo que escuchamos. Que nos escuchen y nos entiendan. Y bajo esta mirada de ‘respeto’ nos reconocerían a las mujeres en los distintos roles que hoy cumplimos, en el trabajo, en el hogar o en la vida diaria. La labor que hoy tenemos las mujeres en esta sociedad sería mejor remunerada y más justa”, concluye.
Desde el estudiantado y en representación de las mujeres, Antonieta Ipinza, dirigente estudiantil del Plan Común de Ingeniería y Ciencias, también valora el impulso que se está dando de una mayor participación de mujeres en actividades históricamente realizadas por hombres.
“Es un plus para la Universidad como para el país que cada vez se sumen más mujeres a las áreas de ciencias y matemáticas. Es necesario una diversidad de género en estos rubros, y dejar de lado lo que antiguamente se consideraba como una ‘carerra de hombres’. Es claro que mujeres y hombres piensas y actúan de distintas maneras, y es por esto que es necesario que haya una mayor participación y contribución de parte de las mujeres, ya que esto hace que la carrera de ingeniería y ciencias sea una carrera más homogénea y con diversidad de talentos”.
En este sentido, la dirigente estudiantil aplaudió la iniciativa del programa de ingreso especial Programa de Ingreso Prioritario de Equidad de Género.
“Considero que para corregir un estigma social tan arraigado, se debe partir por casa. La educación de los padres hacia sus hijas tiene que cambiar. Si su hija quiere estudiar ingeniería o ciencias, deben apoyarlas y no recriminarlas con que es una carrera para hombres, al contrario deberían estimular sus ganas para poder llevar a cabo tal decisión. Es de suma importancia que haya un cambio cultural, ya que es la única forma de poder cambiar un poco este estigma social. Por otra parte, considero que la Universidad ha hecho una gran labor al abrir los cupos PEG (cupos de equidad de género), ya que a pesar de que no se ataca el problema de raíz, si se produce un cambio social al mostrarle al mundo que cada día somos más las que estudiamos”.
Acciones de la FCFM
Seis de cada 10 profesionales que salen al mercado hoy en Chile son mujeres. Las mujeres tienen mejores notas, se demoran un año menos en egresar y tienen un 10% menos de deserción en el primer año de educación superior. Así lo informa el Servicio de Información de Educación Superior (SIES) del Ministerio de Educación, en un documento de 2012 que publica el Servicio Nacional de la Mujer.
No obstante este escenario, Chile presenta una de las menores tasas de participación laboral femenina en el mundo, la que llega a un 43,5%, según la Encuesta Casen 2011, en América Latina llega a un 52,8% (Cepal 2011) y en los países de la OECD asciende a un 63,8% (OECD, 2011).
En tanto, realidad contemporánea también muestra que existe segregación por género en la formación profesional, por cuanto las carreras relacionadas con la extensión del rol cultural de la mujer, el cuidado de otros, como es el caso de las carreras relacionadas con la salud y la educción, concentran la mayor cantidad de mujeres, de acuerdo a otro informe del SIES de 2012.
Frente a una realidad que ha situado a la ingeniería y las ciencias como actividades históricamente desarrolladas por hombres, la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas implementó un programa especial de ingreso para mujeres, acompañado con actividades de difusión para motivar y atraer a las escolares que tienen interés y vocación por estas disciplinas, a postular a estas carreras y que –individual y colectivamente- el país se vea beneficiado del desarrollo de estas áreas en ambientes de diversidad de talentos.
El Programa de Ingreso Prioritario de Equidad de Género (PEG) comenzó a implementarse para el período de admisión universitaria 2014, con 40 cupos extraordinarios a las primeras 40 alumnas que hayan quedado en la lista de espera de Plan Común de Ingeniería en la FCFM. Logrando un impacto positivo en la participación de mujeres, pues del 19% de estudiantes de este género en 2013 se subió a un 28% al año siguiente.
Otra acción ejecutada en el campus Beauchef para atraer más talento femenino estuvo enfocada a mejorar la participación de mujeres en el cuerpo académico, que en la actualidad alcanza a un 15% entre los profesores de jornada completa.
Fue a comienzos de 2014 que la Dirección Académica presentó al Consejo de Facultad la propuesta del Programa de Equidad de Género en la Academia (P.E.G.A.), el cual fue aprobado por amplia mayoría.
El P.E.G.A. apunta a dos acciones: la contratación de mujeres a igualdad de antecedentes y competencias en todos los concursos públicos para posiciones académicas, en cualquier tipo de jornada, y la invitación a mujeres con título profesional y/o grado académico de magister reciente, a iniciar la carrera académica en áreas de frontera de las disciplinas con proyección futura en la facultad. En enero pasado se abrió el primer concurso para doce cargos académicos en seis disciplinas con esta modalidad.
