En los últimos días hemos visto bastante discusión en torno al próximo proceso eleccionario de Gobernadores Regionales, Consejeros Regionales, Alcaldes y Concejales, planificado para el 27 de octubre de este año. La discusión se ha centrado principalmente en la propuesta del Servicio Electoral (Servel) de realizar esta elección en dos días.
Algunos atributos de dicha elección son:
- Voto obligatorio.
- Gran cantidad de candidatos, se esperan cerca de 20.000 candidatos a lo largo y ancho del país; en algunas comunas existirán más de 100 candidatos, lo que, en algunos casos, implica un voto (papeleta) grande y, producto de ello, más tiempo para emitir el voto.
- Cuatro votos en simultáneo.
A partir de estos antecedentes se pueden realizar algunas estimaciones del proceso sobre la base de los datos de votaciones históricas y algunas evaluaciones que el Servel ha realizado. Para ello debemos considerar el tamaño del padrón electoral, el porcentaje de abstención, la cantidad de mesas y la duración de la votación por votante.
(1) Padrón 2022 = 15.262.012 universo de votantes.
(2) Porcentaje de votantes última elección = 85,7%.
(3) Votos emitidos: (1) x (2)/100 = 13.079.544.
(4) Cantidad de mesas de votación (en últimas elecciones ha variado): desde 38.800 a 42.000.
(5) Votantes efectivos por mesa: (3)/(4) = desde 311 a 337.
A estos elementos, se suma que el proceso de votación será más largo por la cantidad de votaciones (cuatro) y la gran cantidad de postulantes –según el propio Servel, cada votante en solo emitir su voto se podría demorar cinco minutos–, esto es, votar, doblar el voto y pegar el sello. Incluso si ponemos un escenario optimista, en que un porcentaje de votantes sabe por quién votar y reducimos sus tiempos de votación, estos nunca serían menos de tres minutos.
Considerando la posibilidad de que cada mesa pueda atender en forma simultánea a dos votantes, el proceso de votación podría durar entre 10 y 14 horas continuas, período que no considera tiempos muertos entre votantes ni tampoco el tiempo necesario para identificar a los votantes cuando se emite el voto, así como insertarlo en la urna.
Así, si la votación se inicia a las 8:00 de la mañana estaría terminando a las 9.00 o 10.00 de la noche, suponiendo un flujo continuo de votantes. Ahora bien, si finalmente el proceso se hace en dos días, esto no resuelve del todo el problema. Si el flujo de votantes no se gestiona, todos podrían querer votar en el día 1 y el problema se mantiene.
Más allá de las consideraciones de carácter político y/o económico respecto de realizar el proceso en dos días, queda de manifiesto que un proceso eleccionario como el que conocemos no es factible dadas estas condiciones. Espero que los que manifiestan sus reparos puedan plantear también adecuaciones al proceso. Nadie quiere estar en largas colas y durante muchas horas para poder ejercer el deber cívico.