Una visión ética, legal y técnica de la inteligencia artificial, sus beneficios, sus riesgos, su neutralidad y cómo la sociedad se debe adaptar a ella fueron algunos de los temas que analizaron en el Conversatorio Desafíos de la Inteligencia Artificial (IA), cuyo panel estuvo compuesto por el académico del Departamento de Ciencias de la Computación (DCC) de la FCFM, Claudio Gutiérrez; la académica de Ética de Inteligencia Artificial y Datos del Instituto de Éticas Aplicadas y del Instituto de Ingeniería Matemática y Computación, Gabriela Arriagada, y Alberto Cerda, profesor de Derecho Informático del Centro de Estudios en Derecho, Tecnología y Sociedad de la Universidad de Chile.
Para el académico del DCC, Claudio Gutiérrez, antes de comenzar cualquier discusión es importante aclarar qué es la inteligencia artificial, ya que aún se tiene un significado muy vago y un imaginario muy amplio. “Es esencialmente una simulación o creación por medios artificiales de condiciones para el razonamiento humano”, indicó, agregando que “(en la IA) está involucrada la visión y el lenguaje, y es eso lo que nos pone a todos sustancialmente nerviosos, sobre todo a quienes trabajamos en la academia, que hemos venido diciendo que la esencia del ser humano es el lenguaje”.
Señaló, también, que la IA es una máquina que aprende, “pero siguen siendo máquinas, cajas negras, y eso nos pone un tremendo desafío de aprender, de educar sobre estas máquinas a toda la población”.
Sobre la neutralidad de la IA, la filósofa Gabriela Arriagada explicó que ella estudia la IA como un concepto sociotécnico, donde existen inteligencias artificiales, es decir, herramientas, mecanismos, modelos que se entrenan para diferentes fines.
“La inteligencia artificial nos lleva a volver a entender procesos complejos. Siempre relacionamos esto a procesos computacionales o matemáticos, pero los procesos complejos también pasan en cómo nosotros entendemos nuestros propios procesos epistémicos. (…) esto significa que cuando hablamos de inteligencia artificial tenemos que entender que nosotros la significamos, nosotros le entregamos los datos, la modelamos, creamos las funciones para las cuales va a ser utilizada, y eso implica valores, un contexto, significa que yo tomo una decisión. Esto implica que no hay una neutralidad”, comentó la académica que aclaró que no existe una IA no sesgada, por lo que “se debe dejar de pensar que la inteligencia artificial nos dará mejores resultados porque nos va a dar neutralidad”.
Para Alberto Cerda “es necesario, por un lado, alentar los desarrollos positivos de la inteligencia artificial, pero, al mismo tiempo, identificar cómo prevenir los usos riesgosos, cómo sancionar los usos y desarrollos riesgosos. (…) muchos creen este mito de que la inteligencia artificial está más allá del bien y del mal” y eso no es así, indicó. “Uno de los desafíos que plantea la IA en el derecho es que nos obliga a revisar los supuestos con los cuales venimos operando, eventualmente reformularlos y ocasionalmente crear nuevas reglas “, agregó
El conversatorio estuvo moderado por Pablo Ramírez, profesor de Ética y Filosofía Política y encargado de Ética de Ethics.
Celebrando las humanidades
Con este conversatorio, la FCFM dio inicio a la celebración de los 60 años de las Humanidades.
El director de Vinculación Externa, Luis Vargas, dio el vamos señalando que “esa importancia de abrirnos a otras disciplinas se cultiva tempranamente en esta facultad gracias a los cursos humanistas y la irrupción de los aprendizajes interdisciplinarios que no solo añaden valor a las carreras, sino que nos permiten crecer de una manera integral y abrirnos a la riqueza del trabajo en equipo”, agregando que “las humanidades nos preparan, también, para cumplir con nuestras responsabilidades cívicas y culturales”.
En la ceremonia también estuvo presente la vicerrectora de Extensión y Comunicaciones de la Universidad de Chile, Pilar Barba; la coordinadora de Ethics, Claudia Rodríguez; además de autoridades de la FCFM.
La celebración durará todo septiembre con diferentes actividades como una exposición histórica, tours, entre otros, las que se pueden revisar AQUÍ.
60 años
La idea de incluir las humanidades en la FCFM cobró vida en la decanatura de Enrique d’Etigny, la cual fue evolucionando en las siguientes décadas en su institucionalidad, surgiendo en primera instancia el Centro de Estudios Humanísticos en 1964, para luego transformarse en departamento, ofreciendo cursos de filosofía, historia, literatura, arte e idiomas.
Entre 1973 y 1980, las circunstancias que vivía el país y la Universidad de Chile impulsaron el desarrollo de nuevas líneas de trabajo que incluyó dictar las licenciaturas en Filosofía, Historia y Literatura, un plan de Bachillerato y un Magíster en Estudios Latinoamericanos.
Con el nuevo milenio, los lineamientos estratégicos de la Universidad optaron por privilegiar el desarrollo disciplinario de cada facultad y generar un proyecto nuevo que cooperara en la formación integral de pregrado. Así, el departamento pasó a ser parte de la Escuela de Ingeniería y Ciencias y se convirtió en el Área de Humanidades, para luego consolidarse en el año 2018 bajo el nombre de “Estudios Transversales en Humanidades para las Ingenierías y Ciencias” (Ethics). Su rol integra las humanidades, las ciencias sociales y las artes con las diferentes esferas de la ciencia y la tecnología, llegando a impartir aproximadamente 25 cursos por semestre.