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Generacion 1965

Generación de exestudiantes regresa a la FCFM 60 años después de su egreso

Generación de exestudiantes regresa a la FCFM 60 años después

La Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas (FCFM) de la Universidad de Chile celebró una vez más el reencuentro y la trayectoria de egresados y egresadas de sus aulas. El pasado viernes 26 de septiembre, las y los egresados de la generación de 1965 regresaron al Campus Beauchef para conmemorar seis décadas desde su titulación.

Durante la visita fueron acompañados por el profesor emérito y exdecano de la Facultad, Patricio Aceituno, quien les condujo por las nuevas instalaciones de Beauchef 851 —como la piscina, los espacios deportivos, laboratorios y aulas de clases— mientras compartía anécdotas sobre la evolución, planificación y crecimiento del campus a lo largo de los años.

Durante el trayecto, visitaron también la Biblioteca Central, donde se encuentra el péndulo de Foucault, símbolo del vínculo entre ciencia e historia en la Escuela. Además, se visitó la icónica estatua ubicada en el hall del Edificio Escuela, un obsequio del Instituto de Ingenieros de Chile. La escultura mantiene vivos diversos mitos y anécdotas del imaginario beauchefiano que provocaron una que otra risa entre los y las exestudiantes.

El tour culminó con la tradicional foto oficial en Beauchef 850, donde las y los exalumnos ingresaban y salían diariamente hace seis décadas, junto al icónico nombre “Edificio de Injeniería”.

Un almuerzo como en familia

Luego del recorrido, los asistentes participaron en un almuerzo de camaradería en la Facultad. En la ocasión, la vicedecana Marcela Munizaga les dirigió un mensaje en el que destacó el compromiso institucional con el desarrollo y la modernización del campus: “Espero que se note que hemos avanzado. (...) hacemos todo el esfuerzo para mantener nuestra infraestructura a la altura de lo que se merece una institución como esta”.

El director de la Escuela de Ingeniería y Ciencias, Ricardo Herrera, también dedicó unas palabras de aprecio hacia la generación de 1965, subrayando su espíritu de unidad: “Son muy unidos, y se han mantenido así a lo largo de los años. Eso es realmente encomiable. Me da gusto verlos aquí, visitando a su alma mater”.

Durante el almuerzo, las y los exalumnos compartieron sus impresiones sobre los cambios que observaron en el campus, destacando el buen estado de las instalaciones y reconociendo la labor de los profesores, administrativos y funcionarios que contribuyen diariamente a mantener viva la Escuela. En un momento especialmente emotivo, rindieron homenaje a los 57 compañeros y compañeras de su generación que han fallecido a lo largo de los años.

Por otro lado, en un gesto de gratitud y compromiso con las nuevas generaciones, el grupo de egresados/as realizó una donación a la Red de Beauchefianos Solidarios, iniciativa que entrega apoyo económico a estudiantes con méritos académicos que enfrentan dificultades financieras.

De vuelta al alma mater

Entre los asistentes, Mario Solari, egresado de la carrera de ingeniería civil de minas,  revivió con entusiasmo las experiencias de su vida universitaria, recordando los exigentes exámenes de dibujo técnico con tinta china y las evaluaciones de cálculo realizadas sin calculadora, únicamente con tablas de logaritmos que de “seguro hoy día nadie sabe usar”.

Solari reflexionó sobre los cambios en la composición estudiantil a lo largo de las décadas, especialmente en torno a la presencia femenina: “La participación femenina era muy reducida, de 170 alumnos de nuestro curso solamente cuatro eran mujeres”. Además, destacó la fuerte cohesión de su generación, que ha perdurado en el tiempo: “Los lazos que se crean en la universidad se mantienen en el tiempo y es como verse con una persona de la familia. Juntarnos ahora, 60 años después de egresados, es aún más emocionante”.

Respecto a esto último, Solari destacó la importancia de mantener los vínculos más allá del tiempo y la distancia. Comentó que, aunque muchos de sus compañeros se encuentran hoy repartidos por Chile y el mundo, “cada año hacemos un viaje de 4 o 5 días a algún lugar de Chile o del extranjero. Mantenemos una valiosa relación de amistad”.

Así también, resaltó la rigurosa formación entregada por la Escuela, que permitió al grupo desarrollarse en “las más variadas posiciones, algunos con gran éxito. Incluso un compañero de curso llegó a ser presidente de Chile, nuestro compañero Eduardo Frei”, señaló.

Finalmente, exalumno compartió un consejo para las generaciones más jóvenes que hoy transitan por los mismos pasillos que alguna vez recorrió, animándoles a cuidar su bienestar, cultivar la amistad y mantener vivo el compromiso con la comunidad: “La Escuela nos forma para entregar lo mejor de nosotros a la comunidad y a nuestras familias. El buen trabajo, hecho con entusiasmo, devuelve lo que nos ha entregado la universidad y nos hace felices por lo que aportamos. La amistad es un valor muy importante hoy y siempre, les recomendaría seguir juntándose con sus mejores amigos de la Escuela periódicamente durante muchos años”.

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